Mazatlán: barcos abandonados convierten al parque Bonfil en un cementerio marino

En el muelle subsisten embarcaciones camaroneras abandonadas que hoy están convertidas en “fierro viejo”

Marimar Toledo | El Sol de Mazatlán

  · lunes 15 de agosto de 2022

Las embarcaciones presentan un grave deterioro. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

En el olvido, envejecidas y a punto de convertirse en fierro viejo, así se encuentran decenas de embarcaciones en el muelle pesquero del Parque Bonfil de Mazatlán. Hundidas en el abandono, son un reflejo de la aguda crisis pesquera que se vive en el municipio, la cual evidencia lo lejos que ha quedado la época en la que formaron parte de la poderosa flota del Pacífico Mexicano.

La flota de Mazatlán está conformada por 500 barcos pesqueros, la mayoría de ellos tiene una antigüedad de 30 años. El paso de los años ha convertido al muelle mazatleco prácticamente en un cementerio, por el poco mantenimiento que reciben, mientras que otros han quedado abandonados por litigios o que han sido embargados por los bancos.

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En el 2016, autoridades de la Administración Portuaria Integral, de la Cuarta Zona Naval y de la Capitanía de Puerto de Mazatlán emprendieron un programa de extracción de embarcaciones que se hundieron al cumplir su vida útil.

En los últimos seis años se lograron sustraer 14 barcos, mientras que aún quedan otras 12 embarcaciones por sacar de las aguas del estero, derivado del riesgo que causan para el resto de embarcaciones.

El casco de las embarcaciones tiene diferentes recubrimientos para evitar el deterioro y la oxidación de las mismas. Una de las sustancias aplicadas es la pintura antivegetativa. Este tipo de pintura tiene la función de evitar la acumulación de “conchuela” que puede afectar en el rendimiento del barco.

Como consecuencia de la utilización de químicos para protección y mantenimiento de las embarcaciones, el agua se ve contaminada al paso de los barcos, situación que empeora cuando son atracados por mucho tiempo y sin darles mantenimiento.

Los barcos camaroneros hundidos no pueden reflotar debido a su grave deterioro, pero pueden ser desmantelados y fundir el fierro para ser reciclado, o bien, ser vendido para recuperar los gastos de operación por su extracción del lecho marino.

Alrededor de las embarcaciones hundidos o semihundidos, el agua tiene un aspecto espeso y de color verde, provocado por los químicos con los que están cubiertos los cascos de las embarcaciones, además del diesel y elementos plásticos como el poliuretano que son utilizados para la pesca.

DATOS

14 embarcaciones se han logrado sustraer en los últimos seis años.

12 embarcaciones siguen en las aguas del estero.