Con la bendición de su madre, Mariana junto a su esposo César y su hijo de 5 años salieron de Guatemala el pasado 7 de enero en busca del sueño americano en los Estados Unidos; solo con una mochila en la espalda, dejaron su hogar y familias para emprender un riesgoso viaje hacia un futuro incierto, huyendo de la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades.
Ellos forman parte de los más de 500 mil centroamericanos, incluyendo miles de menores de edad, que cada año intentan emigrar de manera irregular a los Estados Unidos, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para el Triángulo Norte de Centroamérica.
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Luego de poco más de 2 mil 300 kilómetros recorridos en tren, a pie, en camión, de raite, llegaron a Mazatlán, donde están “en tránsito” unos días para descansar y cargar energías para continuar su peregrinar.
En el cruce de la vía del ferrocarril de la avenida Atlántico, en la zona norte de la ciudad, piden ayuda económica o de alimentos a los automovilistas que transitan por el lugar; salieron de Guatemala junto con un grupo de personas, pero al cruzar la frontera en Tapachula, Chiapas, se separaron y cada quien tomó su rumbo.
"Salimos caminando, porque cuando te subes al camión de pasajeros te bajan los de Migración, por eso nos cruzamos caminando y luego agarramos el tren, pero también hemos viajado en camión, caminando, hasta llegar aquí".
El objetivo de la joven de 23 años y de su familia es llegar a los Estados Unidos para trabajar, ganar dinero y poder tener mejores oportunidades. Sabe que el mayor obstáculo será cruzar la frontera estadounidense, pero decidieron correr el riesgo.
Flujo Migratorio
Los flujos migratorios entre Guatemala y México han registrado una dinámica fuerte en los últimos 30 años, sobre todo por la participación de trabajadores guatemaltecos que cruzan la frontera terrestre para laborar en el estado de Chiapas.
Además, en estas últimas tres décadas se ha observado una corriente de personas en tránsito (transmigrantes) procedentes de diversos países de América Latina, quienes utilizan los territorios mexicanos para dirigirse a Estados Unidos de manera ilegal.
De acuerdo a las estadísticas del Instituto Guatemalteco de Migración, del 1 de enero al 19 de diciembre de 2022, 68 mil 474 guatemaltecos fueron deportados vía aérea y terrestre desde México y Estados Unidos a su país.
La ruta del pacífico
Durante el viaje, la joven madre señala que ha sentido miedo, hambre y frío, pues aunque les ha tocado un recorrido relativamente tranquilo, sabe de mujeres que han sido violadas y secuestradas.
De acuerdo con informes de Amnistía Internacional y del Movimiento Migrante Mesoamericano, 70 por ciento de las mujeres migrantes son víctimas de abusos sexuales durante su cruce por México hacia Estados Unidos.
Sinaloa es parte importante de la Ruta del Pacífico -la cual inicia en Guanajuato, cruza Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora- que los migrantes toman en su trayecto hacia los Estados Unidos y es también una zona de mucho peligro y muerte.
En diciembre del 2022, días antes de que Mariana y César salieran de Guatemala, integrantes de la Guardia Nacional de Sinaloa rescataron aproximadamente a 180 personas de nacionalidad guatemalteca que eran transportadas ilegalmente y en condiciones de hacinamiento a bordo de un autobús de pasajeros.
Esto ocurrió a la altura de la caseta de cobro Puente Sinaloa, ubicada en la carretera Culiacán-Los Mochis en las inmediaciones del municipio de Guasave; los migrantes habían sido secuestrados por un grupo delictivo.
Cuando iniciaron su camino ellos sabían de este hecho, sin embargo el deseo de una mejor vida como familia los impulsó, es eso mismo lo que los mantiene para seguir adelante, sobre todo a su paso por la entidad.
Con los rayos del sol pegando fuerte en sus rostros y una cartulina color naranja, Mariana pide todo tipo de ayuda para comer, del otro lado de la vía César, con su hijo en hombros, hace lo mismo.
Sobre el camellón están sus pertenencias, algunos objetos que han ido juntando durante su trayecto, como una carriola, una mochila negra, ropa, juguetes y algunas cobijas que los ayudan a abrigarse cuando las temperaturas bajan.
"La gente de aquí es buena, nos ayudan con lo que pueden, nos dan ropa, comida y monedas, ya llevamos más de la mitad del camino recorrido y esperamos cruzar a Estados Unidos a finales de febrero", asegura la joven guatemalteca.
Migrar de manera irregular a Estados Unidos es un viaje en el que se puede perder la vida; sin embargo, hay centroamericanos como Mariana y César que se arriesgan porque en su país no ven un futuro claro.
Tan solo en México, del 2014 al 2020 se identificaron mil 998 fallecimientos de personas migrantes, lo que en promedio significa la muerte de 30 personas cada mes durante su tránsito por México o en su intento de cruce en la frontera con Estados Unidos.
Luego de estar unos días en Mazatlán, su próximo destino es Caborca, en el estado de Sonora. El futuro es incierto, lo saben, las estadísticas están en su contra, pero aún así no paran su andar. Más de 2 mil kilómetros los separan de su destino final en esta aventura que emprendieron. Con los pies cansados, asoleados, con hambre y mucha necesidad, en su pensamiento solo está poder cruzar la frontera y empezar desde cero en los Estados Unidos.
Retorno de Migrantes
El Instituto Guatemalteco de Migración ha registrado el retorno de 31 mil 315 personas guatemaltecas desde Estados Unidos a Guatemala durante el año 2022.
También durante el año pasado las autoridades migratorias de México y Estados Unidos deportaron a más de 196 mil 300 migrantes (México a 106 mil 827 personas y Estados Unidos a 89 mil 552), entre ellos más de 35 mil niños y adolescentes, de naciones como El Salvador, Guatemala y Honduras, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta cifra significa un aumento del 58 por ciento frente a los 124 mil 280 casos que se tuvieron en el 2021.
Crece flujo en Mazatlán
Mazatlán enfrenta actualmente una fuerte problemática en lo que se refiere a los migrantes en tránsito que se quedan “estancados” en el puerto.
Según el Sistema para Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes en Mazatlán, en la ciudad abundan familias enteras que llegan de otros estados, particularmente de Guerrero, Veracruz y Chiapas, la mayoría son migrantes originarios de Guatemala, Venezuela, entre otros lugares centroamericanos.
Carmen Ramírez Morales, titular del SIPINNA, señaló que aunque no se tienen cifras exactas, se busca mejorar los mecanismos para garantizar los derechos y garantías de los infantes migrantes.
“Por las características propias del municipio, hay un alto flujo de migrantes, constantemente llegan familias enteras en busca de trabajo y mejores oportunidades, algunos vienen de paso y otros que llegan para quedarse, poniendo en riesgo y en condiciones de vulnerabilidad a sus hijos. Es bien sabido que tenemos muchas situaciones de migrantes que llegan aquí a Mazatlán, familias enteras con niñas y niños que los traen en los cruceros vendiendo o aunque no los expongan, que no vendan, están en las esquinas y esa situación es preocupante", señaló.
Se han encontrado con casos donde los niños no están ni registrados, por lo que no tienen acceso a derechos básicos como la educación y la salud.
El número de migrantes que atraviesan el estado y pasan por Mazatlán rumbo a la frontera con Estados Unidos aumentó en el 2022 alrededor de un 40 por ciento, ya que, de acuerdo con voluntarios del comedor para migrantes de la Parroquia San Francisco de Asís, ubicada en la colonia Salvador Allende, el año pasado llegaron a pedir auxilio poco más de 2 mil personas.
Durante la pandemia, en el 2020 y 2021, las cifras se habían mantenido en aproximadamente mil 300 personas atendidas por año, aunque en el 2019 se habían alcanzado las 3 mil 300.
Datos
500 mil centroamericanos, incluyendo miles de menores de edad, intentan cada año emigrar de manera irregular a Estados Unidos.
3 mil migrantes, entre centroamericanos y nacionales, pasan por Mazatlán cada año.
En riesgo
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas, entre 2000 y 2020 el número de migrantes internacionales aumentó en México un 41%, al alcanzar los 244 millones. Casi la mitad son mujeres. Nueve de cada diez mujeres centroamericanas en tránsito viajan principalmente por carretera, por lo que se exponen a múltiples riesgos.