Mazatlán, Sin. -Esta noche, al despedir el año 2023 y darle la bienvenida al 2024, es tiempo de reflexionar, de recordar lo que se hizo bien y mal para empezar un nuevo caminar con energías renovadas.
Al sonar las 12 campanadas en el último minuto del 2023, los mazatlecos, así como millones de personas en el mundo, acostumbran pedir deseos para los próximos 12 meses, así como también plantearse propósitos y metas a cumplir.
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Desde ponerse a dieta, ahorrar dinero para viajar, comprarse un carro nuevo, montar negocios propios, hasta salud, dinero y amor, es lo que le piden los mazatlecos al Año Nuevo, según expresaron a El Sol de Mazatlán.
"Este año logré mantenerme en mi meta de perder peso y mejorar mi salud, pero desafortunadamente no pude ahorrar tanto como había planeado, aunque te digan que sale barato, si cuesta dinero también la dieta, por eso ahora uno de mis propósitos es ahorrar dinero", comentó Gael Osuna.
Los viajes también son importantes para los mazatlecos, por lo que muchos de ellos los tendrán en mente al comerse las 12 uvas esta noche.
"Para el 2024, quiero realizar ese viaje a Europa que siempre he soñado, hay muchas maneras de poder viajar, ya no salen tan caros los viajes, de poco a poco voy a juntar y para mediados o finales del próximo año voy para Barcelona o cualquier parte de España", señaló Miguel Sánchez.
El espíritu emprendedor también se refleja en los planes de los mazatlecos para el próximo año, pues algunas personas buscan poner su propio negocio.
"Quiero mi negocio, ser dueño de mi tiempo y sobre todo, no tener ningún jefe, si Dios quiere esa es mi meta, tener mi propio patrimonio", expresó Jorge Casillas, quien se encontraba en el Centro de Mazatlán realizando algunas compras.
Para Laura Garza, un ama de casa, lo que desea para el siguiente año es comprarse un auto.
"Estoy decidida a comprar mi primer automóvil y trabajar para lograrlo, de poco en poco sé que va a salir algún carro por ahí, tengo el presentimiento de que el 2024 va a ser el año", afirmó la mazatleca.
Tradición
Una tradición única y deliciosa que marca la celebración de Año Nuevo en México es la costumbre de comer doce uvas al filo de la medianoche. Cada uva está destinada a representar la buena suerte para cada mes del próximo año, y los invitados las consumen con entusiasmo, pidiendo un deseo con cada dulce fruto.