Culiacán, Sin.- Alimentando su curiosidad desde pequeña sobre las diversas ramas de la biología, y después de observar a dos mujeres empoderadas en la ciencia, una joven estudiante de preparatoria quedó impresionada por todo el camino que podría emprender como científica sinaloense.
Nohelia Castro del Campo, de 43 años, es investigadora titular del área de inocuidad alimentaria del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (Ciad), en Culiacán, desde 2008, especializada en la microbiología de los alimentos.
Su interés por enfocarse en la materia, nació por su fascinación en que unos agentes vivos y algunos que están entre lo vivo y lo muerto, como los virus, pueden controlar prácticamente cada dinámica, al estar todo liderado por microorganismos.
“Lo que yo hago, trabajo con microorganismos que afectan la salud del humano y son transmitidos a través de alimentos, esos son los principales microorganismos que yo destino mi investigación”, explicó.
En su andar en la comunidad científica por ya más de dos décadas y ahora con el grado de doctora, recuerda que un evento que la marcó para decidirse a desarrollar una vida de ciencia, fue cuando acudió a un curso en Mazatlán, cuando apenas se socializaba el tema de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), por dos mujeres que con autoridad impartieron el tema.
“Ese fue uno de los eventos que me marcó más, porque en ese evento yo vi a un par de investigadoras empoderadas, que llevaban la batuta de este curso, me impresionó a tal grado que en ese momento yo dije, quiero ser como ellas”, reconoció.
INSPIRACIÓN
Fue por estas dos investigadoras que años después se convirtieron en sus colegas dentro del Ciad a nivel estatal, que su primer paso fue estudiar la licenciatura en Biología en la UAS, la maestría en el Ciad y el doctorado en la Universidad de Arizona.
Una vez que ingresó al Ciad como investigadora titular en inocuidad alimentaria en 2008, continuó analizando la microbiología de los alimentos, añadiendo sus conocimientos de doctorado en microbiología ambiental, para estudiar la fase ambiental que tienen los patógenos que se transmiten por los alimentos hacia los humanos.
“De ver cuáles son las estrategias de supervivencia una vez que estos salen al ambiente, cuáles son las maneras, mecanismos de interacciones que tienen con su entorno y con otros microorganismos u otros organismos, para poder llegar finalmente al alimento que va a ser ingerido por alguna persona”, detalló.
En equipo con Cristóbal Chaidez, quien fue su asesor de maestría, decidieron iniciar una línea de investigación para controlar las poblaciones microbianas de una manera natural. Esto a través de un desinfectante que evite que las personas padezcan gastroenteritis, enfermedad causada por las bacterias salmonela y esqueriquia colis.
PROCESO DE INVESTIGACIÓN
De todas las líneas de investigación que ha realizado la doctora Castro, el estudio de los bacteriógafos es el que ha realizado con más ímpetu, por desarrollar una fórmula que evite enfermedades gastrointestinales en las personas.
“Hay otras líneas de investigación que también he trabajado, pero creo que en donde hemos trabajado más y que incide más directamente en la población, creo que este es el producto, este es el tema”, señaló.
Un bacteriógafo es un virus considerado como bueno, por ser los que se “comen” las bacterias que afecta al humano. El primer paso, fue aislar estos virus en sus ambientes para controlar poblaciones de salmonela y esqueriquia colis.
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Una vez que detectaron que los bacteriógafos son seguros para la salud de las personas, sin efectos secundarios, empezaron a desarrollar la formulación del desinfectante, proceso que ha tomado más de cinco años por su complejidad y por las capacitaciones que han tomado para formar su idea de negocio.
Por ser considerado el Ciad, como el brazo derecho del sector agrícola de la región, en una primera etapa se están enfocando en el uso que se daría en este grupo productivo, para posteriormente ofertarlo en la industria restaurantera y para uso en los hogares.
El golpe que ha provocado el Covid-19 en la vida diaria, ha causado que la investigación avance más lento “no hemos parado, pero si hemos tenido que bajar el ritmo por toda esta situación que se ha dado, pero seguimos andando”.
A la par que continua con sus investigaciones, la especialista dedica horas a la docencia en el posgrado, impartiendo una cátedra en materia de microbiología ambiental, un taller de instrucción para la comunicación científica y una clase de microbiología y sanidad de los alimentos.
Con una trayectoria como “mujer de ciencia”, Nohelia Castro, está segura que dentro de la investigación hay espacio para las mujeres que no dejan de buscar respuestas del porqué de las cosas y que en sus aportaciones pueden impactar en el estilo de vida de la sociedad.
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