Mazatlán, Sin.- Por segunda ocasión, catedrales, templos, parroquias y congregaciones de todos los credos conmemorarán la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, la mayoría, con videoconferencias o transmisiones virtuales en plataformas, y las que abran, lo harán con asistencia limitada, bajo protocolos y medidas preventivas por razones sanitarias ante los riesgos de contagio por la pandemia del coronavirus.
Muchas de las actividades que se celebran año tras año con motivo de Semana Mayor o Semana Santa, seguirán suspendidas, sobre todo las que tienen que ver con aglomeraciones y asistencia de niños o personas de la tercera edad, entre ellas las procesiones, dramatizaciones, viacrucis, bautizos, asambleas, romerías, lavatorios, santa cena, vigilias y retiros espirituales.
La iglesia católica, este año tuvo que adelantar una semana antes su Misa Crismal en Catedral donde se consagra el Santo Crisma, se bendice el óleo de enfermos y donde los presbíteros renuevan sus compromisos sacerdotales; suprimió también las procesiones, el lavatorio de los pies, las dramatizaciones y la movilidad en los viacrucis al interior de los templos, así como la Pascua Infantil, mientras que la Juvenil será híbrida con transmisiones en plataforma.
La Catedral, las parroquias y templos permanecerán abiertos, pero se restringirá su entrada al 60% de su capacidad, de acuerdo a las medidas sanitarias y las indicaciones del semáforo epidemiológico de Covid-19.
Por su parte, las congregaciones cristianas evangélicas suprimieron en esta Semana de la Expiación, la celebración de la Santa Cena en la que participan todos los creyentes bautizados, así como los bautizos y retiros espirituales, en tanto que los templos seguirán abiertos, con asistencia limitada a un 40 o 60% de su capacidad, para recodar los hechos que Jesús vivió en su última semana de ministerio terrenal.
Los Testigos de Jehová que conmemoraban la muerte de Jesucristo, en el Centro de Convenciones de Mazatlán, este año lo hará un solo día, que será este sábado 27 de marzo, pero debido a la pandemia, la reunión se realizará por videoconferencia.
BAJA ASISTENCIA
El obispo de la diócesis de Mazatlán, monseñor Mario Espinoza Contreras, reconoció que desde la apertura de los templos, tras el confinamiento social con motivo de la pandemia del coronavirus, la participación y asistencia en la iglesia ha disminuido hasta un 50 y 60%, sobre todo porque muchos de los feligreses que acudían todos los días a las misas y eucaristías son adultos mayores, que forman parte de la población vulnerable ante el Covid-19.
Refirió que en Catedral como en algunas parroquias grandes, la afluencia se ha mantenido en un 60% y solo en casos excepcionales ha subido a un 80%.
“Hay gente que era de misa diaria que ya tiene un año que no participa dentro de las iglesias y lo hacen de manera digital o eucaristías que se transmiten por la televisión, es por razón de cuidarse y nosotros lo entendemos y también lo vemos con buenos ojos, porque lo importante es que la gente se cuide y se proteja, ya que si alguien tiene factores de riesgo lo mejor es estar distanciado”, expresó.
Entre las parroquias con mayor afluencia en la nueva normalidad se encuentran la San Juan Apóstol, de la colonia Francisco Villa, y la de Nuestra Señora del Carmen, en la Benito Juárez, pero aun estas tienen un registro máximo del 50% en cuanto a participación.
Lo mismo pasa en los templos cristianos evangélicos con más actividad, donde la asistencia de los creyentes ha disminuido de un 30 a un 40%, como es el caso del templo La Hermosa, de la Iglesia Cristiana Interdenominacional.
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El pastor de esta congregación, Pablo Coronado Solano, asegura que sólo en algunas ocasiones ha habido un 50% de asistencia, a pesar de que desde hace unos meses se abrió el templo para celebrar los cultos generales de jueves y domingos, con todas las medidas preventivas que marcan los protocolos establecidos por autoridades de Protección Civil.
Para él, la tecnología y los medios digitales han sido una bendición en estos tiempos de confinamiento, pues a través de ellos ahora comparten el evangelio no solo a los congregantes, sino también a amigos, familiares y conocidos, a quienes están bajo resguardo en sus casas y a quienes viven en otras entidades del país.
“Los medios nos ha traído un aliento porque finalmente nuestro sentir y deseo es de proclamar las buenas nuevas de salvación a todas las personas y gracias a Dios hemos visto con mucho agrado y alegría que personas que no asistían al templo ahorita están escuchando la Palabra de Dios”, apuntó.
Comenta que muchos congregantes han tenido una baja en su vida espiritual por la falta de libertad para acudir a los templos, ya que una de las ordenanzas de Dios es precisamente tener una vida cultual donde se alaba y glorifica a Dios, se recibe el consejo de la Palabra y se ora, lo que trae bendición de parte de Dios para el que lo hace.
AJUSTES AL PROGRAMA
Espinoza Contreras indicó que a pesar de las restricciones, por segundo año consecutivo, la iglesia católica celebrará la Semana Mayor con todas las medidas sanitarias posibles para evitar contagios de Covid-19, empezando con el primer día de la semana, en el que se conmemora el Domingo de Ramos.
Este 28 de marzo, habrá eucaristía y se bendecirán las palmas, pero se suprime todo tipo de procesiones. El Jueves Santo se llevará a cabo la misa de la institución de la eucaristía y del sacerdocio y del mandato supremo de la caridad, en la que se suspende el lavatorio de los pies.
El Viernes Santo se mantienen las misas pero se suprime toda la religiosidad popular en las calles y atrios de los templos, así como las procesiones de silencio, viacrucis y dramatizaciones de la pasión y muerte de Jesucristo.
El Sábado Santo se hará la misa solemne de vigilia de la resurrección, en la que se bendecirá el Cirio Pascual, así como los cirios, velas y agua bendita que lleven las personas. Y concluirá el domingo 4 de abril con la misa de resurrección.
“Será diferente, la pascua de niños está suspendida y la de jóvenes se tendrán algunas pocas, de manera híbrida, digital por plataforma, donde podrán incorporarse todos los que gusten, es una manera diferente de celebrar la Semana Mayor, pero eso nos lo pide la realidad, hay que seguir con serenidad, cuidándonos y confiando en Dios”, agregó.
El pastor Pablo Coronado refiere que su congregación realizará cultos especiales todos los días de la semana, con excepción del sábado, para recordar lo que Jesucristo hizo en su ministerio terrenal durante esos días.
“Culminaremos con el primer día de la semana, el domingo, celebrando con gran gozo, júbilo y alegría la victoria que él nos mostró al resucitar, la muerte no lo pudo detener, para nosotros es una de las actividades más apreciadas y de gran beneficio para la vida espiritual”, concluyó.
CATÓLICOS
Domingo de Ramos. Entrada de Jesucristo a Jerusalén. Bendición de palmas. No habrá procesiones.
Jueves Santo. Última cena. Se recuerda que Jesús lava los pies a los discípulos. Se da gracias por la institución de la Sagrada Eucaristía.
Viernes Santo. Muerte del Señor. En todas las parroquias y rectorías se realizan viacrucis, este año serán sin movimiento. Se adora la Cruz. Se recuerda las Siete Palabras. Rosario del Sermón del Pésame.
Sábado Santo. Misa de la Vigilia Pascual.
Domingo de Resurrección. Se celebra la resurrección de Jesús.
EVANGÉLICOS
Primero domingo. Entrada Triunfal a Jerusalén.
Lunes de autoridad. Jesús seca la higuera y desaloja el templo de los cambistas y vendedores.
Martes de Controversia. Escrutinio que los sacerdotes y representantes de los grupos religiosos judíos hicieron a Jesús, tentándole para hacerlo caer en un error y acusarlo ante los gobernantes romanos.
Miércoles de retiro o reposo. Jesús es ungido con perfume en Betania, previo a su muerte.
Jueves de intercesión. Jesús ora en el huerto de Getsemaní.
Viernes de crucifixión. Culto de las 7 Palabras. Se recuerda cada frase que Jesús pronunciara en la Cruz del Calvario o Monte de la Calavera.
Domingo de resurrección. Culto de madrugada, en el que se recuerda la resurrección de Jesucristo.
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