Mazatlán, Sinaloa.- Hace 11 días sepultó a su hijo, tiempo que no ha sido suficiente para que Perla encuentre fortaleza, tras una muerte en la que presuntamente se involucran a policías municipales.
Y es que el 6 de diciembre del 2018, Efraín de Jesús, un joven de apenas 22 años, desapareció junto con otro muchacho de nombre Luis Roberto, de 25 años, al ser detenidos por agentes preventivos en la colonia Independencia.
La mamá del hoy occiso, recuerda el lamentable momento como si acabara de ocurrir, justo al instante en que su vástago y su amigo eran seguidos por la calle Estero del citado asentamiento.
Puedes leer: Mujer pierde la vida atropellada
En la persecución, narra, ambos jóvenes cayeron en la banqueta donde a corta distancia ella se encontraba, instante en el que los dos se repusieron para continuar con una trayectoria por la calle Bernardo Vázquez.
“Parecía que iban correteando a El Chapo Guzmán, por lo que no fuera una persona influyente porque no la corretean, ni unos cuantos pasos, no la molestan para nada”.
Tras la “corretiza”, comentó, la gente se acercó a ella para señalarle que su hijo y el otro joven habían sido golpeados y subidos a una patrulla de la Policía Municipal, la número 275.
Puedes leer: Leen la "cartilla" a motociclistas
Luego de lo ocurrido, mencionó haber ido a los separos preventivos, donde nadie le daba una explicación de su paradero, pues en ningún momento había llegado el joven Efraín.
Posteriormente, señaló haber acudido a la Policía Ministerial del Estado, donde de igual manera le indicaron que no tenían a ninguna persona que se llamara como su hijo.
En la búsqueda de respuestas a los cuestionamientos de la desaparición de su consanguíneo, aseveró, hubo personas de la corporación que le aseguraron que no existía la patrulla en la que lo habían llevado, pese a tener imágenes de dicha unidad.
Desesperada, Perla denunció la desaparición de su hijo ante un agente del Ministerio Público especializado en desapariciones, en la Fiscalía General de Justicia.
Después de cinco meses de lo ocurrido, señala, el muchacho fue encontrado en una fosa clandestina, en un predio que se encuentra por la avenida Delfines, cerca de la playa de Oceánica.
En ese mismo lugar, también fue encontrado el cadáver de Luis Roberto, cuyos familiares habían denunciado su desaparición ante la Visitaduría de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, con sede en Mazatlán.
“Mi hijo tenía fractura en el cráneo, de los garrotazos que le pegaron, pero ya ahí no supe si fueron ocasionados por los policías durante la detención de mi hijo y el otro muchacho”.
Actualmente, asegura, los elementos policiacos que laboraban en el sector donde había ocurrido la detención de ambos jóvenes, fueron cambiados a otros lados de la ciudad.
La joven mujer, reconoce, lo único que quería era encontrar a su hijo, y ahora que le dio santa sepultura, sólo espera que la autoridad haga lo suyo, investigue y castigue a los responsables.