Por erosión en la cuenca, regresa agua turbia a Mazatlán: Conselva

La directora ejecutiva de la organización explicó que esto es resultado de un proceso de erosión hídrica, que sucede por el fuerte impacto de la lluvia sobre un suelo sin vegetación

Marimar Toledo/ El Sol de Mazatlán

  · lunes 19 de agosto de 2024

El sedimento que arrastran las lluvias hacia el río Presidio, se acumula en su cauce, azolvándolo. Foto: Cortesía / Jumapam

Mazatlán, Sin.- Las fuertes lluvias trajeron agua al río Presidio, pero también grandes cantidades de sedimento, que obligaron a la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán a hacer un paro técnico en la Planta Potabilizadora Miravalles.

La directora ejecutiva de Conselva, Costas y Comunidades, Sandra Guido, manifestó que esto es resultado de un proceso de erosión hídrica, que sucede por el fuerte impacto de la lluvia sobre un suelo desnudo, sin vegetación, que arrastra sedimento corriente abajo.

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Nos hemos acostumbrado a ver los ríos con el agua café, pero eso no es normal. Eso significa que en la cuenca, el origen del agua, el suelo está degradado por efecto de la deforestación y la sequía”, dijo.

Además, comentó que el sedimento que arrastran las lluvias hacia el río Presidio, se acumula en su cauce, azolvándolo. Por esta razón el cauce pierde profundidad y se incrementa el riesgo de inundaciones.

“Tenemos un río que cada vez pierde más profundidad, entonces cuando vienen huracanes o tormentas que generan avenidas del río y movilizan enormes volúmenes de agua, el cauce no tiene capacidad para albergarla y transportarla por lo que el río se desborda y se generan inundaciones que afectan a las comunidades cercanas al río", expresó.

Recordó que en 2021 se vivió una crisis de agua turbia que se vivió en 2021, tras el paso de los huracanes Nora y Pamela, cuando las altas cantidades de sedimento, de hasta 500 gramos por metro cúbico, hicieron tronar el sistema de potabilización.

Este fenómeno tiene un fuerte impacto en la calidad de agua, pues según la Organización Mundial para la Salud, la turbidez del agua para consumo humano no debe superar en ningún caso las 5 NTU, y debe estar idealmente por debajo de 1 NTU.

Ante este panorama, Conselva hace énfasis en la importancia del manejo sustentable de la cuenca, para evitar la deforestación y degradación del suelo como consecuencia de actividades productivas, así como la conservación y restauración de la infraestructura verde.