¿Por qué Mazatlán quiso separarse de Sinaloa?

Una serie de conflictos llevó a Mazatlán quererse separar de territorio sinaloense, aquí te contamos la historia

Vanessa Meza | El Sol de Sinaloa

  · domingo 21 de agosto de 2022

Mazatlán, uno de los lugares más turísticos del estado tiene una gran historia. Foto: Archivo | El Sol de Mazatlán

Mazatlán es conocido por ser uno de los lugares más turísticos de Sinaloa, su nombre viene del náhuatl y significa “El lugar del Venado”, ya que, en la antigüedad, en las islas y costas de la región se encontraban más venados que hombres y los primeros habitantes eran tribus nómadas.

En 1531 tras el arribo de los conquistadores españoles, Nuño Beltrán de Guzmán fundó el puerto. Fueron los españoles los que primero llamaron “Las Islas de Mazatlán” a este lugar. El puerto fue usado como una entrada de los galeones que venían del oriente, y por supuesto también fue blanco de ataques piratas.

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Pero, en algún momento Mazatlán quiso retirarse de territorio Sinaloense, por eso, te contamos un poco de su historia para que conozcas más sobre el puerto.

Conflictos

En 1848, el grupo De la Vega alcanzó un punto determinante sobre el estado de Sinaloa, ejerciendo su poder mediante dos gobernadores, Pomposo Verdugo (1848-1850) y Francisco de la Vega (1852-1853).

El grupo De la Vega mantuvo un conflicto con los comerciantes mazatlecos que se extendió por más de 12 años; acosando a los comerciantes con el fisco, así como con la manipulación de los órganos de justicia, por lo que los extranjeros atacaban con la guarnición federal del puerto.

El 18 de julio de 1848, los comerciantes responden a las presiones de Pomposo Verdugo, con una sublevación de la guarnición federal, que el gobernador reprimió con excesiva dureza, pues tras la derrota de los rebeldes vino la ejecución de tres jóvenes oficiales que habían acaudillado la conjura.

Muerte de Rafael Vega

A mediados de 1849 ocurrió un suceso que vino a modificar el entorno del estado: murió Rafael de la Vega y Rábago a causa de un ataque al corazón. Rafael de la Vega era el cerebro político y militar del grupo y quien dirigía la política del estado; le sucedió su hermano Francisco, quien no poseía su talento y, sobre todo, carecía de tacto político y prefería resolver los problemas por medio de la fuerza.

Según Apuntes para la historia de Sinaloa, Eustaquio Buelna dice que Rafael de la Vega fue el político más capaz de la familia; que era generoso, amable y solícito para engrandecer Culiacán. Pero también señala que en el tiempo en que gobernó el estado la hacienda pública se manejó con graves irregularidades, la justicia se administró según los intereses de la familia y los agentes del gobernador confeccionaban las elecciones.

Bajo la dirección de Rafael de la Vega, la familia y su grupo acumularon muchas riquezas.

Francisco de la Vega llega a la gubernatura

En enero de 1852 asumió la gubernatura Francisco de la Vega y Rábago, quien se propuso hacer reformas profundas en la administración pública.

La reforma fiscal que quiso impulsar Francisco de la Vega fue el pretexto para el último y definitivo enfrentamiento con los comerciantes extranjeros de Mazatlán. El gobernador intentó sustituir las alcabalas por una contribución directa a cada casa comercial, a fin de controlar mejor el cobro de los impuestos. Los comerciantes respondieron este y los demás cobros con motines para evitar el cobro del impuesto a las casas comerciales, siendo el más popular el del 5 de mayo de 1852.

El gobernador, apoyado por las milicias del estado, se presentó en Mazatlán para pedir cuentas a los autores de los motines y efectuar el cobro de las contribuciones.

Los extranjeros decidieron dar el golpe definitivo, para lo cual sobornaron al capitán Pedro Valdés, oficial secundario de la guarnición federal, quien cercó el cuartel de las milicias la noche del 11 de julio de 1852 y tomó prisioneros al comandante de la guarnición, general Ramón Morales, y al gobernador Francisco de la Vega (posteriormente, Valdés mandó aprehender a quienes ejercían alguna autoridad en el puerto).

Los pronunciados hicieron una junta de vecinos a la que también asistieron algunos de los comerciantes extranjeros y manifestaron su decisión de solicitar al Congreso general que Mazatlán y los partidos del sur del estado se erigieran en territorio federal, tratando de separar a Mazatlán de Sinaloa. Días después, el gobernador fue liberado tras de aceptar las condiciones de los amotinados. El plan de segregación de Mazatlán recibió el apoyo de algunos clientes del comercio mazatleco, como fue el caso de ciertas personas en San Ignacio Piaxtla, pero la mayor parte de los sinaloenses lo rechazaron, lo mismo que la federación.

Aún con todo esto, Mazatlán se mantuvo independiente del gobierno del estado y bajo la jefatura de Pedro Valdés, quien, para dar una bandera política a su movimiento, se sumó a la rebelión proclamada en Guadalajara (13 de septiembre de 1852) contra el presidente Mariano Arista y en favor del regreso de Santa Anna a la presidencia.

Una vez libre, el gobernador Francisco de la Vega reorganizó las milicias del estado y marchó para someter a los rebeldes mazatlecos, pero el capitán Valdés lo derrotó en la acción de Portezuelo, cerca de Culiacán, el 16 de octubre de 1852.