Escuinapa, Sin.- Con sentimientos encontrados de alegrías y tristezas, Martha Romero Isiordia abrió las puertas de su pequeño establecimiento el cual mantuvo cerrado cerca de dos años a consecuencia del Covid-19.
En el mes de marzo del 2020, Doña Martha como La Escondida, como lo hacía cada año, cerró las puertas de su estanquillo para tomarse unas vacaciones de una semana por motivo de Semana Santa, sin pensar que estas vacaciones se le prolongarían a casi dos años.
"Tenía más de 10 años trabajando de manera interrumpida, solamente cada temporada de vacaciones me tomo mis vacaciones, siempre en Semana Santa me tomo una semana, el año pasado cerré pero no pensé que fuera a ser tanto tiempo".
Recalcó que el motivo fue el Covid-19, el cual al igual que todos los comerciantes le generó afectaciones en su economía.
"Estamos acostumbrados a trabajar, si nos afectó bastante en la bolsa, fue un tiempo bastante difícil, pero no me quejo, le doy gracias a Dios por darme la oportunidad de estar aquí".
Dijo sentirse contenta por haber podido en este día regresar a su pequeño establecimiento, pero a la vez, siente algo de tristeza porque muchos de sus clientes que por el paso del tiempo se convirtieron en sus amigos y que fueron víctimas del Covid-19 jamás volverán.
"Estando en mi casa, me di cuenta de varios clientes y que se hicieron mis amigos que todos los días venían, es lo que me da tristeza, saber que yo aquí estoy y ellos ya no vendrán a hacerme compañía y ahora que estoy aquí falta saber de los que no me di cuenta que se adelantaron".
Para concluir, reiteró estar puesta para seguir trabajando, siempre dándole gracias a Dios por haberle permitido regresar a su pequeño comercio.
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