Mazatlán, Sin.- El comportamiento descendiente en los indicadores del semáforo epidemiológico Covid-19 llevó a Sinaloa a colocarse en el color verde, pero eso no significa que se deban relajar las medidas preventivas, pues es sabido que después de un periodo de relajación viene un aumento de casos y una nueva ola de contagios, tal como está sucediendo en Mazatlán.
El puerto, por varios días se estancó en los casos activos, no subía de 70, pero tampoco bajaba de 60, hasta que a partir del 7 de octubre mostró un incremento de contagios, aunado a la baja recuperación de pacientes y hoy día se mantiene con más de 90 activos.
El psicólogo Luis Ángel Salinas Gudiño explicó por qué la gente, al ver qué el semáforo desciende al color verde, tiende a relajar las medidas sanitarias, aún y cuando la recomendación de la autoridades es que no lo hagan.
Señaló que el miedo es el primer instinto que "brinca" ante un peligro, en este caso la pandemia y es lo que hizo ver a la ciudadanía el semáforo rojo que la autoridad mandaba: altos contagios y altos niveles de muerte.
El miedo, explicó, es un mecanismo de defensa que ha permitido que el ser humano sobreviva a grandes peligros a través de los años, por eso, la sociedad al verse amenazada activa sus mecanismos de protección; cada persona es diferente por lo tanto lo es también cada mecanismo, de ahí que algunos aceptaran cumplir las medidas preventivas de buena forma y otros que aceptaran a regañadientes.
Cuando el semáforo desciende a verde, el miedo empieza a bajar y quienes están más propensos a no cumplir las normas y reglas sanitarias son aquellos que solamente las cumplen por miedo y no por responsabilidad.
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"El miedo me hace actuar en defensa por eso cumplo los protocolos, pero si en ese lapso yo no asimilo, no comprendo y no aprendo que es una responsabilidad comunitaria acatar las normas y las reglas para poder que resto se mitigue en, cuanto desaparezca la alerta de semaforo rojo el miedo va a empezar a disminuir", explicó.
Agregó que hay un gran número de personas que aún no terminan por adaptarse o se resisten al cambio, ya que al ser humano no le gusta ser gobernado, no le gusta sentir que lo están mandando o que le están imponiendo; para muchos, añadió las medidas sanitarias son una imposición y generan molestia.
"Hay un grupo de personas que piensan que estando vacunados ya no se va a infectar y aminora el miedo. Cuando desaparece el miedo y no se desarrolló una responsabilidad, viene la situación que estamos viendo", añadió.
Indicó que la pandemia se ve como un duelo social, pues se perdió la libertad que se tenía antes de ésta y no todas las personas lo llevan de la mejor manera, sea por cuestiones sociales, económicas o de salud.
Si bien es cierto que cuidarse y seguir los protocolos es responsabilidad de cada persona, si éstos se relajan es en gran parte también porque la autoridad así lo permite, como se puede observar en los comercios que dejan de aplicar los filtros sanitarios, los aforos o el uso obligatorio de cubre bocas.
“Para cuestiones de la autoridad es la constancia, no podemos estar en una montaña rusa con las medidas de salud para la contención de la pandemia, no se pueden relajar" indicó.
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