Culiacán, Sin.- La obra de revestimiento del arroyo Jabalines en su segunda etapa, que llega hasta la calle Fresno y Guillermo Haro, a la altura del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios No. 51, no contempla la destrucción de más árboles ni la tala de mangle, aseguró la directora de Ecología y Medio Ambiente, Lourdes Sanjuan Gallardo.
Hasta ahí llega el proyecto, hasta donde no hay mangle, estoy hablando de la etapa que termina en el puente del Cbtis, esta etapa, yo no conozco la que sigue.Lourdes Sanjuan Gallardo
Dijo que si se extiende el proyecto de revestimiento hasta la avenida Insurgentes, se tendría que quitar el mangle que abarca un tramo de más de 500 metros; sin embargo, esto sólo se puede dar si existe una autorización de parte del gobierno federal, a través de Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero no la hay.
Comentó que al avanzar hasta ahí la obra, los vecinos del arroyo Jabalines que residen en colonias como la Lico Velarde, 20 de Noviembre, Jacarandas y Villa Satélite, ya no se inundarán, pero el riesgo ahora crecerá para los asentamiento que quedan más abajo, entre ellos Villas del Estero, Rubén Jaramillo, Tierra y Libertad, Insurgentes y Estero.
Indicó que no se descarta que el Consejo de Protección Civil solicite de nuevo el retiro de mangle hasta la avenida Insurgentes, por riesgo inminente de la población, como pasó en el primer tramo, pero la exposición será para las colonias que están después de dicho puente.
“Yo creo que es necesaria la intervención de un colegio de profesionistas que nos diga qué va a pasar cuando haya marea alta y una afluencia de agua fuerte, qué va pasar con las colonias de la parte que sigue, qué va a pasar con el puente de la Insurgentes, es un cuello de botella, toda esa agua se va a desparramar, el agua va a venir a toda velocidad, ya sin ningún freno y se va a encontrar con ese cuello de botella”, apuntó.
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Con respecto al tramo revestido, agregó que esta obra ha puesto de manifiesto un grave problema en la red de drenaje, cuyos desbordamientos quedan sobre el concreto de manera visible, lo cual genera mal olor.
Antes teníamos la capacidad que se absorbía, el mangle hacía su trabajo, a lo mejor olía, pero no tanto, ahora no, ahorita es una peste, difícil vivir ahí.
Lourdes Sanjuan Gallardo
Sanjuan Gallardo aclaró que el drenaje no se descarga en el arroyo a propósito, sino que el problema radica que las aguas negras que rebosan por colapsos del drenaje van a dar a los conductos pluviales de todo Mazatlán, no sólo al arroyo Jabalines.
“El problema es que el pluvial de todo Mazatlán está recibiendo aguas negras de drenajes colapsados, y cómo se colapsa un drenaje, puede ser inclusive por un árbol, habría que analizar la viabilidad de cambiar el drenaje en las zonas más viejas donde sabemos que hay problemas, o es el pluvial que reciben las aguas negras que salen a flote y finalmente todo el pluvial llega a las playas o al arroyo Jabalíes y es un problema”, concluyó.
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