Escuinapa, Sinaloa.- La producción de sal, una actividad económica que fue el sustento durante muchos años de decenas de familias escuinapenses, se encuentra prácticamente en peligro de extinción en el municipio de Escuinapa.
Dionisio Gómez Flores y su familia, son los únicos que se dedican a realizar esta actividad actualmente, la cual tuvo sus mejores años en el municipio previo a la década de los 90´s, cuando inició la caída de ésta.
Me acuerdo, yo tenía como 25 años (de edad) cuando me venía a trabajar con mi papá, todo esto se llenaba de ranchos, era muchísima gente la que trabajaba la sal.
Dionisio Gómez Flores.
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Comentó que actualmente él y su familia producen por temporada entre 60 y 70 toneladas de sal, cantidad la cual representa un porcentaje mínimo, en comparación con la que se producía previo a los 90´s, pues asegura que en esos años un solo rancho salinero producía alrededor de 200 toneladas.
“Ahí donde está la Ley (tienda comercial) teníamos la bodega de sal, toneladas y más toneladas salían de ahí cuando venían los compradores; era un señor de apellido Carrillo, de ahí de Guadalajara, quien nos compraba la mayor parte de la sal. Cuando Guerrero Negro inició a producir, se escasearon los compradores para nosotros, y llegó el momento que se decidió vender la bodega (esto fue a inicio de la década de los 90´s)”.
Tras el cierre de esta bodega y la caída de la actividad, los terrenos que eran utilizados para la producción de la sal se fueron adecuando como viveros para la acuicultura principalmente, para la producción de camarón, mientras que las familias dedicadas a esta actividad tomaron otras opciones, siendo el trabajo en el campo la principal alternativa.
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Para concluir, reconoció que la actividad se encuentra en peligro de extinción, ya que a pesar de que solamente ellos se dedican a producir sal, las ganancias que ésta genera son mínimas.
“Es poco lo que se gana uno, ahorita el kilo lo pagan a 1.40 (pesos), el saco de sal a 70 pesos y los compradores reniegan; el día que nosotros dejemos de sacar la sal, pues ya no habrá nadie que lo haga”, concluyó.