Mazatlán, Sin.- Varias alcantarillas de la sección de artesanías en el mercado Pino Suárez rebosaron aguas negras la mañana del lunes. Además de la mala imagen al turismo y los malos olores que se generaron, de una de ellas también brotaron grasas.
Alejandro Ontiveros, secretario de la Unión de Locatarios, indicó que las deficiencias del drenaje en el centro de abastos de la ciudad no es un problema nuevo, sino que desde meses atrás ya se venía anticipando el rebose de residuos, por lo que se avisó a las autoridades encargadas del inmueble con tiempo, las cuales hicieron caso omiso.
"Debido al poco mantenimiento que le da el Ayuntamiento a la red de drenaje del mercado, es que pasa esto y hace aproximadamente un mes se le avisó a la jefatura de mercados que estaba colapsando el drenaje en el área de artesanías, se hizo caso omiso y no mandó a la cuadrilla de Jumapam a realizar las tareas de desazolve correspondientes", indicó.
El problema se fue agrandado, añadió, y se le dio aviso a Jumapam directamente para que tomarla cartas en el asunto, también se mandaron oficios para que hubiese una revisión periódica.
Otro factor que ha contribuido al colapse de las tuberías es el hecho de que los locatarios, según su giro, no cuentan con trampas de grasa o de sólidos, principalmente los de área de comida ubicados en la parte de arriba del recinto, por lo que los desechos son vertidos directamente a la red hidrosanitaria.
"Desafortunadamente hay muchas cocinas donde todavía se vierte directamente el aceite a las tuberías que van a desembocar a la red, el jefe de mercados lo sabe, pero no ha querido actuar", dijo.
Ontiveros señaló que hace tres meses se le exigió al locatariado que debían colocar trampas de grasa, los comerciantes aceptaron, pero para esto, la paramunicipal les condicionó con una empresa que se encargaría de elaborarlas.
"Hace tres meses vinieron a exigirnos que se pusieran trampas para atrapar las grasas, los locatarios que manejan este tipo de residuos accedieron, el Ayuntamiento condicionó a una empresa para que fuera la que fabricará e instalara las trampas, muchos locatarios ya han aportado cierto porcentaje y la empresa asignada no ha tenido acercamiento", señaló.
Cada rejilla, mencionó llega a costar hasta nueve mil 500 pesos, según el tamaño y giro del local; después del anticipo que dieron algunos locatarios, no se ha sabido nada de la empresa.
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El señor Manuel, que tiene su local junto a dos de las alcantarillas que se rebosaron, mencionó que no es la primera vez que pasa, incluso en una ocasión rebosaron a pleno medio día cuando más afluencia de turismo hay.
EL CASO
En varias alcantarillas de la sección de artesanías en el mercado Pino Suárez rebosaron las aguas negras y las grasas que locales de comida vierten al la red hidrosanitaria del centro de abastos.
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