Mazatlán, Sin.- En los próximos 20 años, el estado de Sinaloa experimentará una reducción importante en lluvias, que va desde el -25% en el norte del estado hasta un -10% en el centro y sur, aunado a que en los próximos 15 años aumentará 1.4 grados centígrados la temperatura máxima.
Esto agravará la problemática de sequía que se vive en toda la entidad y que año con año alcanza niveles alarmantes, tan es así que en el 2021 el estado vivió la peor sequía en 58 años, donde 15.2% del territorio alcanzó el estatus extremo y el 84.2% se quedó en severo.
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Sandra Guido, directora ejecutiva de Conselva, Costas y Comunidades A.C., explica que la problemática de la sequía tiene que ver principalmente con una reducción en la precipitación pluvial, que estadísticamente es significativa.
Este fenómeno meteorológico, asociado al cambio climático, se caracteriza por la escasez o ausencia de agua debido a una alteración en el ciclo hidrológico causada por la deforestación y la actividad industrial, entre otros factores.
La vulnerabilidad y el impacto en las poblaciones afectadas incrementa, a la par que aumenta en intensidad, severidad, extensión, duración y en la frecuencia de su ocurrencia.
"Cuando nos enseñan en la primaria el ciclo del agua, nos dicen que las nubes se forman en el mar y luego suben a las montañas y allá precipitan y luego bajan por los ríos. Efectivamente, hay mucha formación de nubes, el mar está caliente, pero el problema es que en las montañas ya no están las temperaturas que hacen que las nubes cambien las presiones y suceda la precipitación", explica Guido.
Esto se debe al incremento de la temperatura, donde antes había temperaturas de 15 grados centígrados en verano, ahora son de 25. Como consecuencia, no solo se han reducido las precipitaciones, sino también los patrones de lluvias, los cuales ya no son continuos.
"Antes llovía durante toda la temporada, empezaban las lluvias y seguían, ahorita te llueve dos, tres días, y deja de llover dos semanas, los cultivos que tú hagas en esta época se te secan, porque no tienes un patrón de lluvias continúo ", agregó.
"El nivel de sequía a nivel meteorológico se empieza a presentar de manera más frecuente, los periodos secos son más recurrentes y la tendencia es desde 1990, cuando se empezó a registrar anomalías; empieza a llover menos".
Caso Mazatlán
Pese a la advertencia, en Mazatlán los ciudadanos perciben que no hay problemas con el agua, ya que este no escasea y eso se debe en gran parte a la presa Picachos, que funciona como un amortiguador y no permite visibilizar esos altibajos de si hay más o menos agua, de si hay o no sequía.
No obstante, la disponibilidad del agua del Río Presidio se ha reducido hasta un 56% en los últimos 10 años, por lo tanto la presa también recibe menos agua.
"Cuándo se construyó la presa se dijo que iba a durar 50 años, se hizo bajo estándares y modelos viendo precipitaciones de los últimos 30 años, pero nunca se consideraron escenarios de cambio climático y ahorita se ha reducido la disponibilidad de agua, menos agua le está llegando a la Picachos", reveló.
El agua almacenada se está evaporando porque hace más calor, eso es un hecho y no se puede evitar; está cayendo menos agua, se está evaporando más.
Además, esta estructura hidráulica no se proyectó para un crecimiento de Mazatlán como el que se está experimentando; en aquel entonces, en el 2006, no se vio venir la expansión urbana y se calculó que con tres metros cúbicos por segundo iba a ser sufrir para abastecer las necesidades de la ciudad en los próximos 50 años.
Sector Ganadero
La zona urbana está viviendo como si no hubiera sequía, en cambio la zona serrana es la que más expresa su preocupación por el fenómeno, en especial los sectores agrícolas y ganaderos, a quienes les restringen el número, volumen y superficie de riego, por lo que los follajes para alimento se terminan secando.
Aunado al ciclo natural del agua, cuando la lluvia cae en la zona serrana se convierte en afluentes, agravado por la incapacidad de filtración y captación, el líquido corre hacia el sur, es decir, los ganaderos de las zonas altas son primeros en perder el agua que ven caer.
¿Qué se puede hacer?
"Tendríamos que estar captando más agua, la poquita lluvia que nos caiga, convertirla en lluvia efectiva, lluvia que sí se transforme en ríos y en acuífero" precisó.
Para alcanzar la seguridad hídrica es necesario restaurar la infraestructura verde, que incremente la captación de agua superficial y subterránea. La deforestación acelera el proceso natural de erosión hídrica de los suelos, esto provoca que los escurrimientos y ríos arrastren partículas de suelo con facilidad, lo que disminuye la capacidad de conducción de los ríos y propicia desbordamientos más frecuentes.
"El ciclo del agua no lo podemos controlar, ni que se formen nubes, ni que se muevan para allá, lo único que podemos controlar es cuando precipite, a partir de ahí el agua es nuestra y ¿de qué depende de que tengamos puros ríos de agua o puros ríos de lodo?, de que tengamos una vegetación y suelo sano", señaló.
Cuando el suelo está sano es como una gran esponja que capta el agua de la lluvia y se filtra, primero, hacia el acuífero superficial, posteriormente al acuífero profundo. Después esta filtración sale en forma de manantiales en la sierra, que no solo es benéfica para consumo humano, también para la fauna silvestre que habita en esos lugares.
Guido considera que se debe abordar el tema del agua de una manera seria, profesional y con todas las políticas públicas al respecto. Cree que esto es posible con la fuerza ciudadana y gubernamental y evitar así una crisis como la que está viviendo Nuevo León.
Situación
Entre el 35 y 42% de las cuencas en Sinaloa presentan degradación, lo que reduce su capacidad de captar agua de lluvia.
Problemáticas identificadas
- Inexistencia de un plan de acción integral enfocado en la seguridad hídrica.
- Poca participación ciudadana en cuanto al manejo y cuidado del agua.
- Deterioro progresivo de los suelos, debido a prácticas no sustentables.
- Pérdida de infraestructura verde, que brinda el servicio de captación de agua.