Culiacán, Sin.- A un año de confinamiento por la emergencia sanitaria, se corre el riesgo de que la ciudadanía, sobre todo los jóvenes, adopten un estilo de vida de consumir más productos calóricos elevados, por un problema que generó la ansiedad o la depresión.
La Coordinadora estatal de nutrición del programa de enfermedades cardiometabólicas de la Secretaría de Salud, Ana Belén Méndez Heraldes, indicó que con el avance de la pandemia por Covid-19, se ha reflejado en la sociedad una tendencia a la obesidad, esto por un lado y por el otro, a la desnutrición.
"No queremos que este estilo de vida se quede con nosotros, para todos aquellos que hayan cambiado para un mal, se pudiera decir, que haya afectado negativamente en nuestras vidas", señaló.
Explicó que gracias al encierro, es más accesible para las personas pedir alimentos a domicilio que no tienen un aporte nutricional importante para la salud y en el caso de los niños y jóvenes estudiantes, la ansiedad por comer es mayor.
Esto, tomar sus clases sentados y encerrados en su casa, lo que provoca que la sensación de ingerir alimentos esté presente por la falta de movilidad. Mientras que en los adultos, la mayoría dejó de estar en aislamiento por su trabajo.
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"Al nivel escolar yo creo que son los que ahorita están sufriendo más esto, porque la verdad la mayoría de los adultos con precauciones y con las medidas que se tomen en los trabajos, todos estamos saliendo a trabajar (...), ellos (estudiantes) están en casa y sí les genera más ansiedad", comentó.
Méndez Heraldes, detalló que de acuerdo a su percepción, el 70 por ciento de las personas que presentan problemas alimenticios, tiende a tomar un estilo de vida que provoca la obesidad y el 30 por ciento, son ciudadanos que por depresión dejan de comer.
Con este último grupo, la recomendación es acudir con un especialista de salud mental y nutriólogo.
Porque si tiende la persona a consumir más alimentos que a dejarlos de consumir, pero existen los dos casos, las dos posibilidades, siempre sí, como que más hacía la obesidad, al alto consumo y cosas de valor calórico muy alto", destacó.
La especialista, mencionó que en el caso de las personas que sufren ansiedad y lo reflejan con su alimentación, empiezan a ser conscientes de su enfermedad por terceras personas que ven como en repetidas ocasiones revisan el refrigerador o la alacena.
En una situación de este tipo, la recomendación es acercarse a un profesional de la salud para aplicar estrategias en su alimentación, por no ser posible quitar sus comidas de tajo.
"Darle opciones, mira vamos a comer cada tantas horas, tal cosa en tal cantidad, para que esto vaya disminuyendo y no sea un golpe total de quitarle cosas, sino esto va a ser poco a poco y también darle opciones, si se le antoja un pan, esta vez se intercambia por una fruta y a media tarde se va a comer el pan, pero solo la mitad y así, hasta regresar al estilo de vida que tenía", precisó.
La invitación a padres de familia, es elegir los productos que van a consumir con un valor nutricional importante, además de practicar ejercicio de manera reiterada.
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