Mazatlán, Sin. -El miedo y la incertidumbre se percibe en el muelle pesquero del Parque Bofill en Mazatlán ¿Por qué? Pues hasta el momento quienes se dedican a la pesca del camarón de alta mar no ha sido llamados para trabajar, y eso que falta alrededor de un mes para que se levante la veda del crustáceo en el Pacífico mexicano.
Para los trabajadores que se dedican a reparar los excluidores de tortuga y las redes de pesca de las embarcaciones camaroneras, la crisis nunca había estado tan fuerte.
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Rodolfo Valdez, quien tiene casi 40 años dedicado a tejer redes, aseguró que este año ha sido muy poco el trabajo, pues apenas reparan un arte de pesca en una semana, lo que significa que este año saldrán menos barcos a la pesca y miles de pescadores se quedarán sin empleo.
"El muelle está apagado, en años pasados para estas fechas todo esto estaba lleno de gente que afinaban todos los detalles para salir a la pesca, y ahorita aquí asustan", destacó.
Los trabajadores de la pesca tienen la esperanza de que mejore la situación, porque esto es una cadenita donde no solo se benefician los empresarios y los pescadores, también soldadores, rederos, comerciantes de abarrotes, fruterías, carnicerías, tortillerías, los puestos de comida y las mujeres maquiladoras.
Cada año la actividad pesquera en Mazatlán enfrenta graves problemas para su operación, pues la falta de apoyos y la carestía del diésel marino socavan, a decir de los armadores, que toda la flota salga a alta mar.
Los más afectados son los integrantes del sector social pesquero, pues se calcula que solo la mitad de la flota, conformada por unas 500 embarcaciones, saldrá a pescar camarón en alta mar.
Para los armadores este sexenio ha sido malo por la falta de apoyos.