La historia de Sinaloa ha estado marcada por una serie de fenómenos meteorológicos que han dejado un profundo impacto en la región. Desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, huracanes y tormentas han azotado el estado, dejando a su paso diversos efectos negativos.
En cada temporada de huracanes, la población de Sinaloa recuerda los momentos de miedo e incertidumbre que vivieron debido a estos fenómenos. A continuación, presentamos una lista de los huracanes más recordados por los habitantes de Sinaloa:
También puedes leer: Gobernador llama a Sinaloenses estar atentos por Huracán "Hilary"
Huracán Olivia
En octubre de 1975, el huracán Olivia golpeó Mazatlán con una fuerza devastadora. Clasificado como Categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, destruyó 7,000 casas, dejando a 30,000 personas sin hogar y causando daños estimados en $20 millones de la época ($96.2 millones en valores de 2021). El huracán cobró la vida de 30 personas, 20 de ellas ahogadas en barcos camaroneros.
Huracán Liza
En 1976, el huracán Liza alcanzó la Categoría 4 antes de golpear con fuerza el sur de la península de Baja California y Sinaloa. Aunque las cifras exactas de muertos varían, se cree que las víctimas podrían haber sido entre 2,000 y 5,000 personas. En Sinaloa, 10,000 personas resultaron damnificadas y los daños ascendieron a 3 millones de pesos.
Huracán Paúl
En 1982, el huracán Paúl fue particularmente mortal y destructivo. Mató a más de 1,600 personas y causó daños por $520 millones. Paúl tocó tierra en Baja California Sur antes de dirigirse a Sinaloa, dejando a su paso destrucción en Guasave y otros lugares. La tormenta dejó a la ciudad de Guasave bajo el agua y causó daños significativos en la infraestructura.
Huracán Lane
En 2006, el huracán Lane tocó tierra en Sinaloa como el huracán más fuerte del Pacífico en tocar México desde 2002. Aunque no causó tantas víctimas como otros huracanes, sus vientos de hasta 205 km/h causaron daños materiales y afectaron severamente las cosechas, dejando cerca de 248,000 personas afectadas.
El huracán Manuel
Golpeando en septiembre de 2013, este fenómeno meteorológico causó devastadoras inundaciones y deslaves en diversas áreas de la región. Las fuertes lluvias provocadas por Manuel desencadenaron una crisis humanitaria, con comunidades enteras quedando aisladas y miles de personas evacuadas de sus hogares.
Huracán Willa
En 2018, el huracán Willa se convirtió en el ciclón tropical más fuerte en golpear Sinaloa desde 2006. Clasificado como Categoría 5, dejó un rastro de devastación. Después de tocar tierra en Sinaloa como Categoría 3, causó daños en infraestructura y viviendas, aunque se debilitó rápidamente después de tocar tierra.
Huracán Pamela
En octubre de 2021, el huracán Pamela provocó inundaciones y apagones generalizados en Sinaloa y otros estados cercanos. Aunque clasificado como Categoría 1, causó la muerte de siete personas y daños por valor de 10 millones de dólares. Las áreas agrícolas, casas y cabañas sufrieron graves daños debido a las inundaciones.
Formación de un huracán
Los huracanes son fenómenos meteorológicos complejos que se forman sobre aguas cálidas, generalmente en regiones tropicales, cuando las condiciones son propicias. Comienza con la evaporación del agua de mar, que se eleva y forma nubes.
A medida que el vapor de agua se condensa, se libera calor latente, lo que aumenta la temperatura en el centro de la tormenta. Los vientos convergentes y la rotación de la Tierra generan una circulación alrededor del centro, creando una baja presión.
Si las condiciones continúan siendo favorables, la tormenta puede ganar energía y rotación, desarrollando un ojo central calmado rodeado por bandas de lluvia y viento fuerte, característicos de un huracán maduro.
Para saber
Durante un huracán, la seguridad de las personas es primordial. Mantenerse informado a través de fuentes confiables de pronósticos meteorológicos es esencial. Es fundamental preparar un kit de suministros de emergencia que incluya alimentos no perecederos, agua, medicamentos y elementos de primeros auxilios. Asegurar viviendas, reforzar ventanas y puertas, y alejarse de zonas propensas a inundaciones son medidas preventivas clave.
