Mazatlán, Sin.- En la “república del arcoíris” todos los días libran una batalla contra la ignorancia.
Es en ese campo donde la artillería de la comunidad LGBTQ+ despliega una narrativa para aplacar el discurso de odio de los otros, los que tratan de infligir el máximo dolor con argumentos que en estos tiempos nomás no tienen cabida.
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En este escenario Hazel Alejandra Peraza Castro se alza como una figura de lucha y resistencia.
A sus 44 años es una estilista profesional con 22 años de experiencia, además de una activista incansable por los derechos de la comunidad LGBTQ+ durante 25 años.
Un viaje de autodescubrimiento
Hazel recuerda su travesía desde la adolescencia con claridad.
"Mi familia decidió llevarme a otro estado cuando tenía 16 años debido a mi orientación", relata.
En medio de esa negación de su familia comenzó a descubrirse a sí misma, pues de pensar que era homosexual, entendió que en realidad era una mujer trans.
"La primera discriminación la sufrí de mi familia", dice con firmeza.
Sin embargo, con el tiempo su familia comenzó a aceptar y entender su identidad.
“Mis hermanos, mis primos, mis primas, no hubo ningún cambio. Yo seguí siendo la misma persona, con los mismos sentimientos y los mismos ideales”, refiere.
La lucha contra el estigma
Nacida en la década de los 80, Hazel vivió en una época en la que el VIH-SIDA era considerado como "el cáncer gay".
"Era una época de ignorancia y miedo", explica.
Este estigma no solo afectaba a la comunidad homosexual, sino también a las personas trans, por lo que intensificaron su lucha por la aceptación y sus derechos.
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Activismo y visibilidad
En 2018 un giro en su vida la llevó a abrazar el activismo con renovada pasión. Tras una enfermedad que la obligó a dejar de trabajar temporalmente, Hazel encontró inspiración en un reportaje sobre una marcha del orgullo LGBTQ+ en Argentina.
“Me di cuenta de que tenía que hacer algo, vi esa marcha y en ese momento me lo propuse”, cuenta.
Así comenzó a involucrarse más activamente en la comunidad LGBTQ+ del puerto, con la organización de eventos de visibilidad y apoyo.
El 31 de marzo, Hazel lideró una marcha en el malecón de Mazatlán.
"Todo se da orgánicamente", dice.
"Tenemos que poner una señal para que la gente interesada en marchar sepa dónde encontrarnos".
Una comunidad unida
Hazel enfatiza la importancia de la unidad dentro de la comunidad trans y la comunidad LGBTQ+ en general.
“Este movimiento es una comunidad donde hay muchos. Tenemos que arroparnos mutuamente”.
Su liderazgo ha ayudado a crear un espacio inclusivo donde todos pueden sentirse seguros y aceptados.
Mirando al futuro
A pesar de los desafíos y la discriminación que aún enfrenta, Hazel sigue con la lucha por los derechos y la visibilidad de la comunidad trans en Mazatlán.
“Espero que las autoridades actúen conforme a derechos humanos”, dice.
Esto es, especifica, la importancia de la justicia y la igualdad.
Su historia nos recuerda la importancia de la aceptación, la lucha por los derechos y la celebración de la diversidad.