Mazatlán, Sin.- La temporada de lluvias terminó y la sequía se quedó en Sinaloa. La asociación civil, Conselva, Costas y Comunidades reportó que las presas inician por segundo año consecutivo el ciclo agrícola, muy por debajo del 50 por ciento de su capacidad.
El reporte señala que, por primera vez en 10 años, la sequía permanece tras las lluvias y Sinaloa no solo no ha superado la crisis hídrica, sino que los efectos negativos se están acumulando.
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En pleno estiaje en mayo, con el ciclo agrícola en la etapa de cosecha, las 11 presas de Sinaloa almacenaban en conjunto mil 803 hectómetros cúbicos de agua y estaban apenas al 11.5 por ciento de su capacidad.
Para el 30 de septiembre y con la temporada de lluvias en el espejo retrovisor, el Sistema Nacional de Información del Agua indica que los embalses de Sinaloa operaban al 31.8 por ciento de su capacidad de conservación.
Conselva plantea un panorama alarmante. El agua disponible no solo debe garantizar el riego para los cultivos que se establezcan en el ciclo agrícola 2024-2025, sino que también debe asegurar el abasto para consumo humano de los próximos dos años, cuando además no se augura una recuperación en la próxima temporada de lluvias, debido a los fenómenos de La Niña, que ya empezó a manifestarse, y El Niño, que se prevé para verano de 2025.
Los niveles actuales de las presas sugieren que, si no se implementan medidas de conservación y uso eficiente del agua en el ciclo agrícola que acaba de iniciar, se agravará la crisis hídrica en el estado.
La planificación agrícola es un tema de suma relevancia. Considerado el motor económico de Sinaloa, este sector consume el 94 por ciento del agua concesionada de la entidad, por lo que el abanico de cultivos y la superficie a establecerse, deben adaptarse a la disponibilidad de este recurso.