Mazatlán, Sin. - El antiguo Tiburonario de Mazatlán, se presentó como un ambicioso proyecto turístico y educativo que prometía ser uno de los más grandes en su tipo en América Latina. Sin embargo, desde su inauguración en 2016, ha sido objeto de múltiples controversias que han llevado a cuestionar la transparencia y la gestión de los fondos públicos.
Entre las controversias que estuvo envuelto este espacio, se encuentran los problemas estructurales, el sobreprecio y desvío de fondos, y diversas investigaciones realizadas por la ASE ante la falta de transparencia. Este lugar permaneció abierto hasta el 2023, cuando fue abierto el nuevo acuario Mar de Cortés.
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Historia
Fue en julio de 2010 en el último año de gobierno del sexenio del exgobernador Jesús Aguilar Padilla cuando se inició la construcción del tiburonario con una inversión de 23 millones de pesos.
Fue hasta el año 2016 cuando esta obra se inauguró, el cuál exhibía 18 tiburones gato, tigre, toro, entre otros, y más de 700 especies de peces.
Contaba con una capacidad de 2.5 millones de litros de agua de mar y 16 acrílicos, lo que lo comparaba con el más importante de todo el continente.
Fallas
En febrero de 2017, apenas 40 días después de su inauguración, uno de los acrílicos del Tiburonario se derrumbó, lo que llevó al cierre definitivo de esta atracción que se esperaba fuera un impulso para el crecimiento del Acuario Mazatlán.
En ese momento, el entonces alcalde Fernando Pucheta Sánchez señaló que la construcción del Tiburonario se realizó de manera irresponsable, subrayando que no se cumplieron los estándares de seguridad necesarios.
El 4 de julio pasado, el Consejo del Acuario Mazatlán decidió renovar la dirección del acuario y destinar 1.4 millones de pesos adicionales al Tiburonario Mazatlán para desarrollar un proyecto ejecutivo que determine la cantidad de dinero necesaria para ponerlo en marcha.
El costo del proyecto ejecutivo es de un millón 475 mil pesos más IVA, y la empresa Rissama, ubicada en Veracruz, será la encargada de llevarlo a cabo. La financiación del proyecto se dividirá entre el Gobierno del Estado, que cubrirá el 50% del costo, y el propio Acuario Mazatlán, que aportará el resto.