Mazatlán, Sin.- Hace 16 años, sin ninguna otra motivación más que la de ayudar al prójimo, Eduardo Efraín Sosa López se unió al Cuerpo Voluntario de Bomberos Veteranos de Mazatlán. Siempre con una intención desinteresada, nunca esperó recibir nada a cambio, desde entonces y hasta la fecha desempeña su oficio con solidaridad y con el único propósito de socorrer a las personas cuando más lo necesitan.
Hoy su vocación no solamente se encuentra “aprueba de fuego”; el coronavirus ha hecho que Eduardo consolide el compromiso con su generosa labor al ser uno de los seis paramédicos que conforman el Escuadrón de Traslados Covid-19 de los Bomberos.
Desde hace cinco meses no duerme en casa, a través de una llamada telefónica y de vez en cuando con una visita de "lejitos", es como se ha mantenido en contacto con su familia. Por miedo, y también por precaución, tomó tal decisión, pues al encontrarse en contacto directo con personas positivas al coronavirus, no quería convertirse en una fuente de contagio para sus seres queridos.
“Desde que empezó la cuarentena por la pandemia, ya son más de cinco meses que habemos ciertos elementos que estamos prácticamente encuartelados, estamos en la estación prestando nuestros servicios 24 horas, debido a que tenemos contacto directo con pacientes contagiados de Covid-19, no vamos a casa porque tenemos adultos mayores o personas vulnerables y cuando vamos es solamente de lejitos o por llamada telefónica”.
Cuando en la estación se anunció que empezarían a brindar este tipo de servicios, al principio nadie quería, pues como cualquier otro ciudadano, temían enfrentarse a algo que hasta para el propio personal médico era desconocido.
“Cuando nosotros empezamos, pues realmente nadie quería ayudar porque teníamos miedo, no sólo de contagiarse uno mismo, sino de contagiar a nuestras familias. Una vez estando en el servicio de emergencias, no puedes decir que no; tenemos que ir, tenemos que apoyar”.
A pesar de que todos los que pertenecen al cuerpo de Bomberos tienen conocimientos en primeros auxilios, no todos son paramédicos, por ello fueron estos los que formaron el Escuadrón Especial, aún y con la angustia de poder contraer el virus en cualquier momento.
“Era también la curiosidad, porque todos hablaban sobre el tema, pero nadie había visto nada, hay gente que no creía, que pensaba que era un invento del gobierno, pensaban mil cosas, pero una vez que vimos que sí era real, empezamos a cuidarnos más. La prevención fue la principal medida que tomamos nosotros. Sentíamos la angustia, el pendiente de decir: ‘oye, y si yo soy portador del virus y voy a mi casa y contagio a mi familia’, nuestro miedo era contagiarlos a ellos”.
Recordó cómo fue realizar su primer traslado y la incomodidad que sintió al ver cómo los vecinos de la colonia salían de sus casas y en vez de resguardarse, tomaban fotografías y videos.
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“Nos habló gobierno del estado pidiéndonos apoyo para una persona sospechosa de Covid. Al llegar, toda la gente salió a tomar video, fotos, en vez de meterse a su casa a resguardarse, era la primera ambulancia que iba a verificar si era un caso sospechoso, porque aún no era confirmado y pues toda la gente sentía la curiosidad y como que nos sentimos poquito incómodos y más que nada por la familia, ya que después de que se confirma, la gente la empieza a hacer a un lado, por miedo a contagiarse”.
Eduardo comentó que a veces la gente piensa que ellos son los culpables o responsables de que los pacientes no sean recibidos en algún hospital de la ciudad, pero ellos, como personas ajenas, tienen que acatar los protocolos de la institución de salud.
“A veces la gente nos responsabiliza a nosotros, piensa que nosotros tenemos la culpa porque no queremos ir por el paciente, pero es que si yo voy por él y en el hospital no me lo atienden, se me puede morir en la ambulancia, la gente piensa que es uno, pero los hospitales están saturados de enfermos”.
El protocolo para realizar estos traslados es un poco diferente a los que comúnmente se realizan, desde llamar al hospital para avisar que llevarán a un paciente, contagiado, hasta el equipo de protección personal que utilizan.
“Ahorita ya para cualquier tipo de emergencia, antes de asistir tenemos que hacer una llamada con los familiares, más cuando te reportan a personas inconscientes, por diabetes o alguna enfermedad. Todas las emergencias clínicas en su domicilio, antes de asistir, hacemos una llamada para ver cuáles son los síntomas que tiene la persona, una vez verificados los síntomas, nosotros ya designamos qué unidad va a ir, si es la unidad de Covid-19 o la de emergencias básicas y basado a ese cuestionamiento, es como nos equipamos para atender el problema”.
Además de realizar los traslados, él sigue cumpliendo con sus funciones del diario, atendiendo los reportes de emergencias básicas. Come y descansa cuando se puede, al final del día, su cuerpo reciente el cansancio, pero lo que más lo agota es el desgaste emocional.
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Lejos de ser desgastante físicamente, que sea agotador, también es estresante, te agota emocionalmente, porque estás viendo cómo a diario van incrementando la cantidad de personas fallecidas por el Covid-19.
Eduardo Sosa
En reconocimiento a su labor y a la de sus compañeros, Eduardo le pide a la ciudadanía que se cuide.
“La gente pensó que ya la habíamos librado, si las personas fueran precavidas, si tuvieran las medidas preventivas necesarias, si fueran un poquito más conscientes en esas cuestiones, ahorita no estaríamos pasando por tantos contagios”.
DIFÍCIL LABOR
Además de combatir el fuego como actividad principal, los bomberos también realizan labores de rescate y prestan sus servicios ante urgencias médicas, entre otras.
DÍA DEL BOMBERO
En México, el Día del Bombero se celebra el 22 de agosto, fecha en la que se creó el primer Cuerpo de Bomberos en el puerto de Veracruz en 1873.
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