¿Un manjar de laboratorio?

El estudiante de Biología Acuícola Diego Rivera y su equipo realizan la primera investigación del pez pajarito en Mazatlán

Marimar Toledo | El Sol de Mazatlán

  · sábado 21 de mayo de 2022

Diego y sus amigos están al frente de la investigación. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Mazatlán, Sin.- Tiene un sabor muy especial, que resalta cuando se acompaña de tortillas y una salsa picosita, y más si se fríe totalmente; es el pez pajarito, el secreto mejor guardado de Mazatlán, un producto de temporada que es considerado por muchos como un verdadero manjar.

Pero ahora, esta especie ha logrado reproducirse en cautiverio, en un laboratorio del puerto. Y todo bajo la guía del joven Diego Rivera Toscano y sus amigos.

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Dos años le ha llevado al estudiante de cuarto año de Biología Acuícola en la facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa, lograr esta hazaña.

El joven encabeza el equipo de estudiantes que se ha dado a la tarea de conocer al 100 por ciento a esta pequeña especie que deleita el paladar de los mazatlecos.

Y es que decidieron realizar esta investigación porque a pesar de que es una especie muy consumida localmente, la información es muy escasa sobre su desarrollo y reproducción.

"Queremos tener más información sobre la especie y ya en base al experimento es que vamos a estar laborando en esta área de su cultivo, alimento, cómo se comporta, qué ha funcionado y hacer poco a poco un manual para poder cultivar en laboratorio", explica Diego.


Los estudiantes comparten su logro con los mazatlecos. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Cuando no entran a la bahía, como ya ocurrió en años anteriores, los pescadores artesanales se quedan sin ganar un dinero extra en su actividad y la gente del puerto se queda con las ganas de comerlos.


Desde la infancia

Cuando era niño, a Diego su bisabuela le contaba que hace muchos años llegaban las pangas llenas de pajaritos. Eso siempre le llamó la atención, pero ahorita las temporadas no son muy consecutivas.

A veces inicia antes del mes de mayo la temporada, otras no, incluso no hay interés de implementar medidas para evitar que a esta especie le pase lo mismo que otras que ya están a punto de desaparecer.

Diego, junto con Lizeth Guatemala Traguel, Alondra Guadalupe Sánchez Rendón y Víctor Alfonso Román, desde el año pasado empezaron a probar varios métodos para ver cuál era el más efectivo en el cultivo y de esta forma asegurar una mayor supervivencia de larvas.

El proyecto inició en el área de peceras, probando con anidación, para ver la eclosión y evolución de las larvitas y en base a esos resultados esta temporada retomaron el experimento, pero ahora con un protocolo con método científico y diversos tipos de tratamiento e hipótesis.

"El año pasado solo vimos hasta 9 días de cultivo larvario después de la eclosión, cuando ya se estaba formando el piquito, pero notamos que a partir del noveno día bajaba mucho la esperanza de vida, porque es mucho estrés para ellos desarrollar el pico, queremos ver qué se puede hacer para que exista una mayor supervivencia después de esa etapa".

En el laboratorio se inició con la incubación de los huevecillos recolectados en el lecho del mar en la Playa Norte, se les dio todo el cuidado sobre todo en la temperatura, para su eclosión.

Los alumnos se fueron de pesca hace unos días para poner tener los reproductores y lo lograron. Los que atraparon en la red fueron llevados al laboratorio para obtener los huevecillos, que están en eclosión en estos momentos.

Los cardúmenes del Hyporhamphus naos, que es el nombre científico del pajarito, llega a las costas en los meses de abril y mayo para la reproducción y dejan millones de huevos en el fondo rocoso.

"Ahí, la hembra suelta los huevos y el macho las fecunda, queda una masa de huevos, pero desgraciadamente por el oleaje y la pesca artesanal, terminan en la orilla en Playa Norte. Muchos huevos se quedan ahí y se pierden porque se quedan al sol, no eclosionan y ahí baja mucho la supervivencia de los pajaritos", señala Diego.

El grupo de jóvenes ha buscado la manera de mantener el pez pajarito todo el año. Foto: Fausto McConegly | El Sol de Mazatlán

Aunque ha sido un proceso difícil, han logrado su cometido, reproducir el pez pajarito en cautiverio.

La finalidad es hacer cultivo larvario, de inicio, para después liberarlos al medio, una vez que estén más desarrollados, para que sean capaces de sobrevivir y que tengan un mayor porcentaje de supervivencia.

El estudiante de 22 años, comenta que las larvas son muy delicadas, fáciles de que se estresen, Cuando se hacen biometrías o muestreos, con cualquier manipuleo brusco se mueren.

"No es fácil a veces manipularlas, debemos de tener mucho cuidado, que no se estresen de más, cuidar su alimentación y los niveles de agua", señala.

Son pescadores independientes los que realizan la captura de pajarito. Foto: Carla González | El Sol de Mazatlán

El primer proyecto de investigación que no tiene motivo de lucro es asesorado por los profesores de la Facimar, José Cristóbal Román Reyes y Gustavo Alejandro Rodríguez Montes de Oca.


ESPECIE MARINA

Los “pajaritos” son peces que viven en la superficie de los mares tropicales y subtropicales. Algunas especies pueden adentrarse en los sistemas lagunares-estuarinos y ríos, según informes del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) de Mazatlán.

En el Pacífico mexicano se han identificado siete especies, tres de las cuales desovan en Mazatlán.