/ sábado 10 de noviembre de 2018

Un “pavo” en alta mar

A los 28 años se embarca por primera vez en un camaronero

Mazatlán, Sin.- A los 28 años de edad decidió probar suerte en altamar, pues la falta de oportunidades y la responsabilidad de una familia, lo llevaron a trabajar en un camaronero en Mazatlán.

Después de tres días, de estar mareado por el vaivén del mar, en el primer viaje, que apenas duró 20 días, Eduardo Alfonso Deras Aguilar, el pavo del “Abel Noé I”, zarpó al segundo viaje con la ilusión de obtener buenas capturas, aunque sabe que estará fuera de casa alrededor de 40 días.

Comentó, que esta actividad es muy dura, no tanto por el trabajo, sino por la soledad y lejanía de la familia, es lo que hace que te invada la nostalgia por más fuerte que quieras hacerte.

“La soledad, te pone un poco triste y de pronto se te sale la lágrima, porque tienes tanto tiempo allá, piensas en tu familia y te aguantas eso te da fuerza, te pones a trabajar para no pensar en más cosas, sólo en que te va a ir bien”.Eduardo Alfonso Deras Aguilar, el pavo del “Abel Noé I


También te invade el temor, el miedo, ya que al estar en medio del agua, vienen a tu mente muchas cosas negativas y sólo piensas en regresar con bien.

También lee: No se descarta policía militar para Mazatlán

“Aunque llevaba pastillas, me mareé tres días, nos tocó marejada por mal tiempo, estaba dormido y cuando desperté, me mareé y hasta otro día se me quitó”, dijo.

Ser pavo, significa hacer de todo y, sobre todo, lo que nadie quería hacer, tiene el rango de sirviente del sirviente, el mandadero de cualquier marinero, el lavaplatos del cocinero, el limpiador del maquinista y, por excelencia, el chalán del patrón.

Un "pavo" en altamar

La ventaja de ser el pavo, es que aprendes de todo, te toca hacer amarres, remendar redes, achicar el barco cuando está fondeado, engrasar el motor, descabezar camarón, lavar la cubierta y platos en la cocina, entre otras actividades.

Deras Aguilar admitió, que el pavo es el que más trabaja y también el que menos gana, te dan de comer tres veces al día, te dejan aprender los oficios de la navegación y te regalan un puñado de camarón y pescado.

“Ahora, ya nos están alivianando, porque nos están pagando en camarón grande, antes nos daban sólo el piojo y ahora es una feria más. En el primer viaje, como uno pide prestado, ganas unos 15 mil pesos libres, además del camarón y pescado”, expresó.

Si la vida en puerto es dura, en el barco para muchos es insufrible y muchos pavos se embarcan una vez y no regresan, pero para otros, se convierte en una verdadera pasión de vida.

Destacó, que le gustó esta actividad y sí le gustaría ser marinero e ir ascendiendo poco a poco, hasta llegar a un puesto más alto y un mejor ingreso.

El joven mazatleco, el primero en su familia en esta actividad, indicó que tiene que sacar una Libreta de Mar para aprendiz de marinero, que tiene un costo de dos mil 500 pesos.

Un "Pavo" en altamar

UTILITY EN EL BARCO

El presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Mazatlán, Carlos Rojas, indicó que en la Capitanía de Puerto de Mazatlán, al pavo se le llama aprendiz de marinero.

Abundó, que el pavo es parte importante en la embarcación, es el utility y, normalmente, cada embarcación lleva uno o dos pavos.

“Si el patrón se jacta de ser muy camaronero, lleva dos pavos y cuando no, es uno, hay otros que se van sin pavo, sobre todo cuando hay poco camarón, es parte importante el pavo, porque es un utility, hace de todas las faenas”.

El dirigente pesquero, detalló que el pavo se desarrolla en dos líneas, una que es el marinero-cocinero, para llegar a patrón.

La segunda, aprender a la tirada para llegar a motorista.

“Depende de lo que le guste, se le dé o para lo que tenga habilidad, normalmente, quien llega a tener un puesto importante en el barco, inicia como pavo, pero también hay gente que en un año aprende y sube a otro puesto y otros no pasan de pavo”, concluyó.



Mazatlán, Sin.- A los 28 años de edad decidió probar suerte en altamar, pues la falta de oportunidades y la responsabilidad de una familia, lo llevaron a trabajar en un camaronero en Mazatlán.

Después de tres días, de estar mareado por el vaivén del mar, en el primer viaje, que apenas duró 20 días, Eduardo Alfonso Deras Aguilar, el pavo del “Abel Noé I”, zarpó al segundo viaje con la ilusión de obtener buenas capturas, aunque sabe que estará fuera de casa alrededor de 40 días.

Comentó, que esta actividad es muy dura, no tanto por el trabajo, sino por la soledad y lejanía de la familia, es lo que hace que te invada la nostalgia por más fuerte que quieras hacerte.

“La soledad, te pone un poco triste y de pronto se te sale la lágrima, porque tienes tanto tiempo allá, piensas en tu familia y te aguantas eso te da fuerza, te pones a trabajar para no pensar en más cosas, sólo en que te va a ir bien”.Eduardo Alfonso Deras Aguilar, el pavo del “Abel Noé I


También te invade el temor, el miedo, ya que al estar en medio del agua, vienen a tu mente muchas cosas negativas y sólo piensas en regresar con bien.

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“Aunque llevaba pastillas, me mareé tres días, nos tocó marejada por mal tiempo, estaba dormido y cuando desperté, me mareé y hasta otro día se me quitó”, dijo.

Ser pavo, significa hacer de todo y, sobre todo, lo que nadie quería hacer, tiene el rango de sirviente del sirviente, el mandadero de cualquier marinero, el lavaplatos del cocinero, el limpiador del maquinista y, por excelencia, el chalán del patrón.

Un "pavo" en altamar

La ventaja de ser el pavo, es que aprendes de todo, te toca hacer amarres, remendar redes, achicar el barco cuando está fondeado, engrasar el motor, descabezar camarón, lavar la cubierta y platos en la cocina, entre otras actividades.

Deras Aguilar admitió, que el pavo es el que más trabaja y también el que menos gana, te dan de comer tres veces al día, te dejan aprender los oficios de la navegación y te regalan un puñado de camarón y pescado.

“Ahora, ya nos están alivianando, porque nos están pagando en camarón grande, antes nos daban sólo el piojo y ahora es una feria más. En el primer viaje, como uno pide prestado, ganas unos 15 mil pesos libres, además del camarón y pescado”, expresó.

Si la vida en puerto es dura, en el barco para muchos es insufrible y muchos pavos se embarcan una vez y no regresan, pero para otros, se convierte en una verdadera pasión de vida.

Destacó, que le gustó esta actividad y sí le gustaría ser marinero e ir ascendiendo poco a poco, hasta llegar a un puesto más alto y un mejor ingreso.

El joven mazatleco, el primero en su familia en esta actividad, indicó que tiene que sacar una Libreta de Mar para aprendiz de marinero, que tiene un costo de dos mil 500 pesos.

Un "Pavo" en altamar

UTILITY EN EL BARCO

El presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Mazatlán, Carlos Rojas, indicó que en la Capitanía de Puerto de Mazatlán, al pavo se le llama aprendiz de marinero.

Abundó, que el pavo es parte importante en la embarcación, es el utility y, normalmente, cada embarcación lleva uno o dos pavos.

“Si el patrón se jacta de ser muy camaronero, lleva dos pavos y cuando no, es uno, hay otros que se van sin pavo, sobre todo cuando hay poco camarón, es parte importante el pavo, porque es un utility, hace de todas las faenas”.

El dirigente pesquero, detalló que el pavo se desarrolla en dos líneas, una que es el marinero-cocinero, para llegar a patrón.

La segunda, aprender a la tirada para llegar a motorista.

“Depende de lo que le guste, se le dé o para lo que tenga habilidad, normalmente, quien llega a tener un puesto importante en el barco, inicia como pavo, pero también hay gente que en un año aprende y sube a otro puesto y otros no pasan de pavo”, concluyó.



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