Mazatlán, Sin. - Llegar al puesto que hoy ostenta requirió 25 años de servicio, en los que sacrificó tiempo, esfuerzo y dinero, desde hace tres años, Víctor Arredondo Rojas es el coordinador de Vectores y Zoonosis de la Jurisdicción Sanitaria No. 6, con sede en Mazatlán.
Entró como trabajador raso en 1992, salió por algunos problemas que tuvo, pero fue llamado y contratado como controlador larvario en el año 1993, puesto que ocupó por varios años hasta que obtuvo la base.
Su “catapulta”, como la llama él, fue un curso de Entomología que sus compañeros rechazaron para no perder comisiones y viáticos de uno de los programas, de ahí le nació la pasión por el estudio y el conocimiento de los insectos.
“Yo fui el único que por tal de no salir del programa de paludismo devolví el dinero (viáticos), y me mandaron a ese curso que me catapultó, porque me dio muchísimo conocimiento y a partir de ahí me apasioné en los estudios entomológicos, sobre todo cómo contribuye el hecho de que podamos medir las densidades de una población de insectos o arácnidos, para la buena toma de decisiones y evitar que haya algún problema de salud pública”, expresó.
Después de ese curso, al regresar lo nombraron encargado de Control Larvario, en ese entonces había sólo 10 personas contratadas para toda la ciudad de Mazatlán, lo cual era insuficiente, pero apenas comenzaba el problema del dengue.
Ya sea por trabajo o por iniciativa propia, emprendió varios cursos hasta lograr el Diplomado en Entomología Médica que otorga el Instituto Nacional de Ecología (INECOL), lo obtuvo en Veracruz en un curso de tres semanas, donde participaron varios estados de la República Mexicana.
Ya para ese entonces era jefe de sector en diversos programas de salud en el área de entomología.
“Eso me ayudó muchísimo para comprender todas las herramientas que se tienen para controlar y evitar que tengamos alguna epidemia por dengue, y si tenemos algún brote cómo corregir y evitar que se disparen los casos”, apuntó.
Hace cinco años, Arredondo Rojas fue reconocido con código laboral por su trabajo, lo cual le ayudó a ser promovido como coordinador del Departamento de Vectores a nivel jurisdiccional en la sede de este puerto, que abarca los municipios de San Ignacio, Concordia y Mazatlán, puesto que preside desde hace 3 años.
De 10 personas con las que se contaba en los 90, ahora el Departamento de Vectores y Zoonosis tiene un total de 75 personas que hacen labores de campo, de las cuales 20 son de base y 55 de contrato.
Este pequeño grupo está encargado de prevenir y, en su caso, corregir cualquier brote provocado por vectores o zoonosis, como es el caso del dengue, chikungunya, zika, paludismo, rabia, ricketsiosis, leishmaniasis, entre otras, en tres municipios de la zona sur del estado.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
A diferencia de otros municipios en los que hay mucha resistencia o renuencia a dejarlos pasar a sus hogares para labores de abatización o supervisión de cacharros, Víctor Arredondo comenta que en la zona sur la gente es más abierta y participativa.
Mientras que, en Culiacán, la resistencia en los hogares es del 30% al 40%, en la zona sur, del total de hogares visitados solo en un 20% no se puede entrar, de los cuales el 1 ó 2% es por renuencia, el resto por no haber un morador que les permita el acceso al lugar.
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“De cada mil casas o viviendas donde podíamos entrar, solamente en 15 nos decían que no podíamos hacerlo, esto te habla de una cantidad pequeña de renuencia, de gente que no quiere que revisemos sus patios”, apuntó.
Comentó que, por la contingencia sanitaria, la renuencia aumentó entre un 7 y 8% en los últimos meses por el temor a ser contagiados de coronavirus, pero no por desconfianza hacia los integrantes de las brigadas de vectores.
Refirió que la participación ciudadana ha sido clave para lograr los resultados obtenidos en los últimos años en cuanto a dengue, chikungunya, zika, paludismo, rabia, entre otras enfermedades, las cuales se encuentran controladas.
Recuerda que el último brote significativo de dengue en Mazatlán fue en el periodo 2015-2016; en cuanto a paludismo, en seis años no ha habido un solo caso y los programas de vacunación contra la rabia, ha permitido que no se presentan casos en humanos.
“La participación ha sido muy buena, por eso los logros que ha tenido el departamento, también influye de que la comunidad participa y responde favorablemente, de eso no nos podemos quejar, nosotros no multamos, sino coadyuvamos a que no existan criaderos y darle una serie de recomendaciones para que en nuestra ausencia ellos continúen haciendo acciones que no permitan el desarrollo del mosquito”, indicó.
PROGRAMAS Y ACCIONES
El departamento se divide en zoonosis y vectores, el primero incluye los programas prioritarios en contra de la rabia y la brucelosis, y la segunda, las acciones en contra del dengue, paludismo, arácnidos, leishmaniasis, chagas y rickettsiosis, a su vez estos programas tienen subprogramas como es la descacharrización de patios.
Si bien, la temporada de lluvias intensifica la carga de trabajo para el departamento de Vectores y Zoonosis, por la proliferación del mosco Aedes Aegyti, transmisor del dengue, chikungunyay zika, e insectos como la araña y los alacranes que buscan refugio por la humedad, en todo el año, las brigadas tienen tareas importantes.
La única plaga que no se presenta en tiempos de lluvias es el de las pulgas y garrapatas, las cuales regularmente se da en los meses de febrero, marzo y abril, estas transmiten la rickettsiosis, para contrarrestarlas se aplica insecticida residual que se rocía en paredes de los hogares.
Para mantener bajo control el dengue, se da cobertura a mil 916 ovitrampas distribuidas en toda la ciudad de Mazatlán, consistente en botes negros de 2 litros de agua a los que se les coloca una tela pellón blanca por dentro, donde el mosco coloca los huevecillos, los cuales se contabilizan para saber el número de hembras adultas en esa zona, que son las que transmiten la enfermedad.
“Desde hace seis años, las ovitrampas nos arrojan cuál es la media histórica por año, el año pasado llegamos a tener una media de 211 huevecillos y ahorita estamos manejando 164 por ovitrampa, lo que significa que estamos muy por debajo de la media del año pasado”, comentó.
En los casos donde hay registro denso de mosco, las brigadas de vectores realizan trabajo de control larvario, fumigación y descacharre.
De una meta anual de 788 toneladas de criaderos eliminados, el programa tiene un avance de 454 toneladas, con acciones en las colonias Salvador Allende, Pueblo Nuevo, Olímpica y Benito Juárez.
Arredondo Rojas concluye que la clave está en la participación ciudadana, no solo en las acciones que emprende este departamento para el control de vectores, como ha sucedido en los últimos años.
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