Mazatlán, Sin.- Del bullicio, el trajinar y la bonanza que se vivió por décadas en el rastro municipal, sólo queda un ambiente de quietud y zozobra. Tras 60 años de operar, el pasado 9 de marzo sus puertas fueron cerradas sin previo aviso para darle paso al nuevo recinto tipo TIF.
Las esperanzas que abrigaban las más de 50 personas que se quedaron sin trabajo de pertenecer a ese moderno centro de sacrificio se esfumaron cuando inició operaciones sin ellos.
En la incertidumbre total, alrededor de 28 personas afiliadas al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Carne siguen asistiendo de 8:00 de la mañana a 12:00 del día para cumplir con su horario de trabajo, en espera de que vuelva a operar de manera independiente o que les llegue la liquidación.
Abrieron el otro rastro y nos pararon en seco, desgraciadamente nosotros somos los que estamos bailando en la cuerda floja, está cabr... dejar toda la vida aquí para que no le den a uno nada, ahorita nosotros no podemos dejar aquí porque sería abandono de trabajo y lo que queremos es que nos liquiden y buscarle por otro lado Don Julián, quien tiene 30 años de antigüedad
Entre la plantilla de trabajadores hay quienes tienen desde 4 años de servicio, hasta otros, los más viejos, con 31 años de antigüedad.
Estos últimos todavía recuerdan las conversaciones de los fundadores del rastro municipal, entre ellos los matanceros Juan José Acosta, Rodolfo Quintero y Rafael Sánchez Zataráin, quienes les enseñaron lo que ahora saben, cuando ingresaron como ayudantes de limpieza, lavadores de menudo y peladores de cabezas y patas de puerco.
Casi todos los trabajadores hemos venido de familias y conocidos, la mayoría es por familia que ha estado pasando de generación a generación, el Sindicato tenía más o menos 35 a 40 gentes, más aparte los trabajadores que había de confianza, en ese tiempo en que entré eran de 20 a 25 trabajadores, casi era una plantilla como de 60 gentes José Chávez Vidaño, actual secretario del Sindicato, quien tiene 54 años de edad y 31 años de antigüedad en el rastro.
Él como muchos otros, entró de ayudante desde muy joven, y a los años logró el puesto de matancero.
De su misma generación son Rogelio González Alcaraz, de 50 años de edad, y Julián Ricardo Cruz Moraila, de 54, aunque el primero perdió su antigüedad en el 2004, cuando tuvo que salir por motivos personales, se incorporó en el 2016, pero para su mala suerte, de nueva cuenta está inactivo.
Si no me hubiera salido, yo también tendría 31 años de servicio, pero renuncié por motivos personales, pero ya voy a cumplir otros 4 años en el rastro, volví a entrar, pero otros ‘chavalos’ tienen 31 años; hay mucha gente que empezó antes que nosotros, porque el rastro ya tiene mucho, el rastro está fundado aquí en 1960, ahí está la placa Rogelio.
Por su parte, don Julián no se resigna haber trabajado más de la mitad de su vida en el rastro municipal, para que no les den nada.
Abrieron el otro rastro y nos pararon en seco, desgraciadamente nosotros somos los que estamos ‘bailando en la cuerda floja’, está cabrón dejar toda la vida aquí para que no le den a uno nada, ahorita nosotros no podemos dejar aquí porque sería abandono de trabajo, y nosotros lo que queremos nada más que si pueden nos liquiden y buscarle por otro lado Don Julián
La esperanza que abrigaban de pertenecer al rastro TIF se esfumó el pasado 3 de marzo, cuando el nuevo centro de sacrificio abrió sus puertas e inició operaciones sin ellos.
LOS TRAJERON CON ENGAÑOS
Chávez Vidaño recuerda cómo fueron invitados a asistir al arranque oficial de las obras en la comunidad de El Vainillo, el 21 de marzo de 2018, tras el anuncio con bombo y platillo del proyecto del rastro TIF municipal, en el que se colocó la primera piedra y se manejó una inversión de 79 millones de pesos.
Tanto a patrones como a trabajadores sindicalizados y de confianza, se les vendió la idea de que serían parte del nuevo centro de sacrificio Tipo Inspección Federal, y para sorpresa de ellos, el pasado 3 de marzo inició operaciones con el nombre de rastro TIF de Mazatlán, dejando de lado la palabra “municipal” y a más de 150 personas que dependían de la labor del rastro viejo.
Una semana después, el 9 de marzo, cerraron las puertas del rastro municipal sin previo aviso.
Los trabajadores siguieron cobrando su sueldo 3 semanas más, sin laborar, pero desde el primero de abril no perciben ningún ingreso.
Los patrones del antiguo rastro interpusieron un recurso de amparo para seguir laborando en las instalaciones, con lo que reanudaron el servicio, pero sólo consiguieron 100 reses, ya que se les negó las guías para su traslado.
Las reuniones fueron casi para decirnos que el rastro TIF ya estaba operando, y primero nos dieron un aliento de que sí se podía abrir el municipal, y después que no, que está el rastro TIF allá y ya nomás nos jugaban el dedo en la boca, pero aquí los patrones se movieron y lograron un amparo para seguir laborando aquí José Chávez Vidaño
Cuando se logró ese amparo, felices porque íbamos a seguir laborando, y no nos afectaba, hay para ellos y para nosotros también, pero resulta que al momento de que ya los patrones iban a guiar ganado, alcanzaron a guiar como unas 100 reses, y de un de repente les cortaron el proceso para guiar ganado hacia acá, les dijeron que si querían guiar ganado, que las guías se iba a sacar solamente para el rastro TIF y para acá no, y ya no se pudo José Chávez Vidaño
El secretario del Sindicato comenta que con las 100 reses se pudo trabajar 4 días más, pero al no llegar más animales quedaron de nuevo sin actividad.
Actualmente, el recinto es utilizado como almacén para mantener en frío las reses sacrificadas en el rastro TIF, ya que este último no tiene capacidad para guardar animales más de un día después del sacrificio.
EN ESPERA DE UNA SOLUCIÓN
Juan Chávez, Rogelio González y Julián Cruz, dicen sentirse desesperados, ya que la espera se ha prolongado, y si bien, algunos patrones les han echado la mano, la ayuda no ha sido suficiente para tanto tiempo.
Sus mujeres han tenido que sorteárselas con ellos, haciendo alguna actividad para ganar el peso y salir adelante.
Dijera que hasta las mujeres han tenido que hacer algo para salir adelante, ahorita nosotros no podemos dejar aquí porque sería abandono de trabajo, y nosotros lo que queremos nada más que si pueden nos liquiden, y buscarle por otro lado Julián Cruz
Por parte de la autoridad, comentan que ni un torcido les han llevado, mucho menos alguna despensa de las que están entregando por la emergencia sanitaria de coronavirus Covid-19.
Ni siquiera un torcido, pa’que le voy a mentir, ellos no quieren saber si las familias nuestras comen o no comen, y ya con dos meses sin trabajo y sin sueldo, está crítica la cosa, a ellos no les importa, si les importara nos echaran la vuelta para saber cómo estamos Julián Cruz
Los más jóvenes han conseguido apoyar a los patrones antiguos que siguen trasladando animales al rastro TIF, pero los más viejos están inactivos, y lo peor del caso es que las negociaciones se estancaron con la emergencia sanitaria.
Ellos están comiendo, y nosotros, nuestras familias no, nosotros nomás estamos esperando que nos liquiden y ya que hagan lo que quiera cada quien, y nosotros buscarle por otro lado Julián Cruz
Entre los afectados también están Elsie, Ana y Alicia, quienes operaban tres puestos o fondas de comida en el exterior del rastro municipal, y que permanecen cerrados.
Nos nos queda de otra, más que esperar a ver qué pasa Juan Chávez.
En total, 150 familias resultaron afectadas por el cierre del rastro municipal, que brindaba servicios desde 1960.
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CIFRAS
50 trabajadores sindicalizados y de confianza del rastro municipal, están sin trabajo desde el 9 de marzo pasado.
28 trabajadores del rastro pertenecen al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Carne, afiliado a la CTM.
150 familias resultaron afectadas por el cierre del rastro municipal, que data desde 1960, según una placa que se encuentra en el edificio.
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