Mazatlán, Sin.- El coronavirus sacudió el mercado laboral y con ello la vida de millones de personas trabajadoras. A año y medio de que se decretó la emergencia sanitaria, muchos subsisten en el mercado informal debido a que no pueden acomodarse en algún trabajo.
Una de ellas es Yesenia, quien por muchos años vendió comida en su cocinita económica en el Centro de Mazatlán. La pandemia le puso un alto, pues en abril de 2020 empezaron a cerrar todos los negocios, entonces optó por vender flores en la zona de la Plazuela Machado y el Malecón. Meses después, una banda musical que empezó a tocar en un crucero la invitó a vender y desde entonces se instala todos los días, de 8:00 de la noche a 1:00 de la mañana en el cruce de la avenida Óscar Pérez Escobosa y Carretera Internacional al norte.
"Tenía una cocinita económica, pero con la pandemia cerraron todos los locales, y al verme sin trabajo tuve que buscar la forma de generar dinero porque la vida sigue. Con esta enfermedad la vida ha sido más difícil para todos te tienes que cuidar para no contagiarte de coronavirus, hay poco empleo y no hay dinero que comprar cosas que no sean de primera necesidad.
Sobre el Parque Lineal, frente a una plaza comercial, coloca una mesa, encima pone las rosas, girasoles un poco de follaje verde, así como cartulinas fluorescentes donde anuncia su producto. Entonces echa a volar su imaginación para crear los ramitos y así ganarse el sustento para poder sobrevivir día con día.
Recuerda que hace más de un año empezó a ofrecer la rosa en 20 pesos y de ahí ramitos de tres rosas por 50 pesos y luego media docena por 100 pesos; al tiempo metió el girasol, la flor del universo.
Cuando la gente se acerca a preguntar y no trae dinero, se las da y les dice que luego se la paguen, acompañada con su frase: "Que el universo lo llene de bendiciones". Así es como se ha hecho de mucha clientela.
También puedes leer: Impacta pandemia en empleo juvenil Sinaloa
"Así me fui aclientando, venía la gente, pedía 12 rosas y un girasol, así fue como empecé hacer ramitos, canastitas y arreglos en floreros. Y ahora que se volvieron a reactivar los negocios, como ya estaba encariñada con las flores, ya no regrese a la cocina económica, aunque venda menos, me siento contenta, porque más que vender una flor, trato de dar una alegría a las personas".
Aunque extraña la cocina, decidió seguir vendiendo flores porque le va bien y requiere menos inversión, además que ha aprendido a compartir con la gente.
Comenta que llega gente llorando y le platica sus penas y comparte las suyas, pues hace tres años perdió a su hijo.
Con una sonrisa en el rostro, "La hermosa", como la conocen el crucero, compartió que llega a vender hasta 60 girasoles; y de 100 a 150 rosas principalmente en los días de quincena y fechas especiales.
La flor se la traen de Puebla y Cuernavaca, y para poder obtener buen precio tiene que comprar de mayoreo, además que el girasol es muy delicado.
"El girasol es muy arriesgado y no cualquiera se arriesga en venderlo, tan es así que muy pocas florerías lo venden, porque de un paquete de 10 girasoles vienen tres malos y en otra mitad tiro y la otra la vendo, pero se vende muy bien porque es una flor que da alegría a todos".
La señora Yesi trabaja sólo de noche, pero en esta temporada de lluvia tiene que salir corriendo a resguardarse porque la flor no puede mojarse; luego que pasa la lluvia sigue vendiendo con el agua casi a media pierna, junto con las dos personas que le ayudan.
Este crucero es muy especial y le ha dejado grandes satisfacciones, como ganar dinero para poder sobrevivir, poder ayudar a mucha gente que viene de paso, pero también ha sido testigo de muchos accidentes de carro, moto, bicicleta, donde muchas personas han perdido la vida. "También me ha tocado que la gente nos cierre el cristal cuando nos acercamos a vender, pero en su mayoría es la misma gente la que me grita desde sus carros para llevar un detalle a su esposa, novia, mamá, amiga o cualquier persona y allá voy corriendo a llevárselas”.
UBICACIÓN
A Yesenia se le encuentra todos los días de 8:00 de la noche a 1:00 de la mañana en el cruce de la avenida Óscar Pérez Escobosa y Carretera Internacional al norte.
Lee más aquí: