En medio de los derrumbes provocados por el sismo registrado la tarde del 19 de septiembre, un policía federal, que se encontraba de vacaciones, tomó casco y herramienta y se dirigió a una fábrica de textiles y a la escuela Simón Bolívar, en la colonia Obrera. Eran alrededor de las tres de la tarde.
Consiguió localizar y extraer los cuerpos inertes de varios niños y trabajadoras de entre los escombros, además de varios sobrevivientes de los desplomes provocados en el terremoto.
“Fue muy impresionarte ver los cuerpos de niños y nuestros hermanos muertos mientras recogíamos los escombros”, dijo a El Sol de México.
Cuenta que desde que llegó había algo que hacer. Buscar gente, quitar piedras, cargar cubetas. Hay mucho trabajo. Terminó, porque su cuerpo ya no podía, casi a la medianoche. Se subió al Metro y así fue captado por este diario, cuando se dirigía hacia la terminal en Ciudad Azteca. La imagen se viralizó.
Este rescatista voluntario mencionó durante la entrevista que continuará con su deber y seguirá apoyando junto con algunos vecinos de su localidad para ayudar en todas las casas o edificios destruidos.
No quiso hacer público su nombre, aseguró que a él eso no le importa, lo que importa es ayudar de verdad con lo que se pueda. Si no hay dinero, con trabajo. Como él.