Contundente, enérgico el Presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó toda posibilidad de que su gobierno avale operaciones crediticias de empresarios mexicanos con entidades financieras internacionales.
Reafirmó su voluntad de gobernar y escuchar a todos y concedió importancia mayúscula a atender -antes que nadie- los pobres, los humildes. Advirtió a quienes gobiernan el Banco de México que su autonomía no significa que tiene plena autoridad para manejar las reservas que la Nación tiene ahí.
"Vigilaré a quién y por qué otorga créditos Banxico. Urge a pequeños y medianos empresarios. No admitiré se disfrace para salvar de la quiebra a grandes bancos o empresas afamadas. ¡Cuidado! -reitero- Esas reservas no pertenecen ni a Banxico ni al gobierno. Son propiedad de la Nación Mexicana."
Tono duro. Gesto severo. Argumento contundente. Sentimiento de profundo agravio. "Ofende la arrogancia que exhiben estos empresarios. Se unen, acuerdan y sin más piden que el Gobierno de México se adhiera -¡sin más!- a su programa económico. ¿Qué? Ya me veo -gesticulaba entre socarrón y memorioso el Presidente López Obrador- atento a tomar nota de los deseos de esos señores.
"Yo no estoy de adorno. Yo no soy florero. Este gobierno no dará su ´aval a esa operación. La Secretaría de Hacienda no respaldará ese trato. Ni yo voy a dar la espalda a los pobres y a los humildes. Como tampoco endeudaré a México. Y menos posibilitar la generación de un nuevo Fobaproa.
"Mi gobierno -explicó López Obrador- atiende, escucha, se preocupa por todos los mexicanos. Pero antes que a otro grupo están los vulnerables, los marginados, los siempre aplazados. Pronto se entregarán millones de créditos. A los pequeños, medianos empresarios. Los Programas Sociales protegerán a 25 millones de familias. Hacen el 70 por ciento de los mexicanos.
"Atiendo a los de mero arriba. Hoy aquí un gobierno que no derrocha ni gasta el presupuesto en extravagancias. Gestión que procura ser lo menos onerosa. Aquí priva el estado de derecho. Y se persigue la corrupción. Todo eso ayuda. Da certeza a los inversionistas. Y está la inminente entrada en vigor del TMEC. Tratado de Libre Comercio que significa gran oportunidad para estimular las economías de los tres países.
"En obras como la Refinería de Dos Bocas, el aeropuerto General Felipe Ángeles en Santa Lucía y en l construcción del Tren Maya, en todas esas obras se consume cemento Cemex. Y se instala acero de Monterrey. Ahí trabaja la ICA. ¿Qué más?
Frescos están en la memoria del Presidente Andrés Manuel López Obrador acontecimientos económicos que transformados en crisis protegieron a acaudalados cuyas empresas quebraron mientras se sometía al pueblo cargar duros fardos: aumento de impuestos, alza en costo de combustibles. "Se les rescató. Hasta muy por encima de avalúos iniciales. En conclusión surgieron banqueros muy ricos con bancos quebrados.
Narró luego detalles de la creación del Fobaproa. Dirigía un partido político. Con ese rango quiso que el Presidente Ernesto Zedillo le explicara su intención.
"Supe la verdad y dije al Presidente Zedillo:
"Empobrecerá al pueblo...
"¿Qué quiere usted, que se venga abajo toda la Economía del país?- respondió Zedillo.
"E hizo cuentas y pronósticos -siguió su narración López Obrador. Y consignó en un Informe de Gobierno que el Fobaproa le costaría a los mexicanos nada más 180,000 millones de pesos...
"Erró por muy poco -remachó sarcástico- ya se abonaron 3 billones de pesos y no se v el final. Yo no voy endeudar México.
"Crisis como esta de orden sanitario que atravesamos traía aparejada la corrupción. Todo un fruto podrido del neoliberalismo. Seguidores nostálgicos anhelan la vuelta de aquel tiempo. Eso es imposible. Aquí ocurrió -ocurre- un cambio. Aquí no manda más el poderoso caballero Don Dinero.
"Poder político y poder económico ya no son -como lo fueron- uno. La frontera está bien establecida. Este es un gobierno del pueblo. Aquí no hay oficinas de negociazos. Y no las volverá a haber...
De la conferencia "mañanera".
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