“Hoy no tengo dónde vivir”,dijo la señora Trinidad Godínez, vecina del edificio de la calle de Ámsterdan 27, colonia HipódromoCondesa, quien tuvo que pasar junto con sus familiares la noche en el parque de la Glorieta Iztaccíhualt.
El inmueble que habitaba resultó afectado, luego de que el edificio de esa misma arteria con el número 25 se colapsó por los terremotos que sacudieron a la Ciudad de México.
En medio de una oscuridad total, vecinos de esa zona de la delegación Cuauhtémoc, quienes no encontraron refugio con sus familiares en otras partes de la ciudad, se resignaron a pasar la noche, en medio de olor gas por las fugas registradas ahí.
Mi departamento, narró la señora Godínez, tiene cuarteaduras y así están los de mis vecinos, muchos de ellos de la tercera edad, quienes pasaron la noche con una amiga.
Rodeada de sus familiares, y su perro, se mostró optimista pues, resaltó, nuevamente los capitalinos dieron ejemplo y salieron ayudar a remover escombros para buscar sobrevivientes en el edificio de Amsterdan y Nuevo Laredo, donde las innumerables de brigadistas acarreaban piedras.
En Amsterdan 25, Rosa María Ortiz, una residentes comentó que volvió a vivir porque salió a tiempo antes de que el inmueble se viniera abajo.
Ella, al igual que otros cuatro vecinos, vieron con desesperanza su futuro, porque dicho inmueble estaba colapsado y ya no tenían dónde dormir.
Los edificios colapsados, entre ellos el localizado en San Luis Potosí y Medellín, Álvaro Obregón 286, Viaducto, esquina con Tanana fueron tomados por militares y marinos en el marco del Plan DN-III, quienes dirigieron y trabajan en las labores de rescate de sobrevivientes. Los vecinos de las colonia Roma y Condesa tenían miedo de entrar a sus departamentos, en edi cios que tenían daños severos.
Un caso es el de Jalapa 200, edificio al que peritos de Protección Civil, tras una revisión inicial, lo consideraron inhabitable, pues las grietas que tenía representaban un riesgo para sus habitantes.
“Váyanse con sus familiares, es lo mejor que pueden hacer, aquí ya no se puede vivir”, les dijeron los peritos y los vecinos respondieron que su temor es que los ladrones saquearan los departamentos.
La familia Martín, que vive desde hace mucho ahí, dijeron “ya se lo llevó la chin...” y junto con los vecinos se organizaron para hacer guardias.
Miles de brigadistas acudieron para poner su apoyo, algunos de ellos fueron Víctor y Sebastián Jiménez, quienes se trasladaron desde Ecatepec para apoyar en las labores de rescate del edificio colapsado en Viaducto.