Chiapas.- Doblemente discriminados, integrantes de la caravana migrante pertenecientes a la comunidad LGBT denuncian abusos por parte de sus mismos compañeros de viaje.
Ellas y ellos que caminan solos dentro de la tercera caravana migrante, cuentan a El Sol de México que llegaron a México huyendo de la violencia en su país, donde aún existe demasiada homofobia.
Pero también están huyendo del desempleo y las pocas oportunidades que tienen por su género o preferencias sexuales; están huyendo de la prostitución que “a veces es la única opción que les queda además de mendigar o quedarse completamente en situación de calle”, dicen.
Sin embargo, escapar de esa situación pareciera no cambiar tampoco durante el viaje, las personas de la comunidad gay platican que día a día tienen una lucha en contra de actitudes homofóbicas que atentan contra su dignidad, incluso su seguridad.
Daphne Washington, migrante de Cuba, relata que durante la primera noche cuando que llegó a la frontera con México, mientras intentaba dormir en la calle, fue abusada sexualmente por un migrante que, sin preguntar, se acercó y la tocó forzándola.
Sasha Nicol del Salvador, cuenta que al llegar a refugios o puntos de ayuda para migrantes, a veces no pueden ni si quiera obtener su ración de agua o alimento, porque el estar formadas representa un tortuoso camino de burlas, hostigamiento o bromas pesadas.
Para evitar esa situación, dicen, hay días que prefieren no comer, y si deciden hacerlo, a veces no son tomadas en cuenta.
Por su parte Denise Dayana, quien viaja con un sobrino y su hermano, asegura que el camino es cansado, además le preocupa el hostigamiento hacia ella y que sus familiares se sientan agredidos por el simple hecho de acompañarla en el camino.
Hasta el momento no hay una cifra exacta de cuántas personas pertenecientes a la comunidad LGBT se encuentran dentro de la caravana, y aunque no se conocen entre sí, forman grupos para viajar unidos y protegerse del acoso y “bullying” que viven a diario.