WASHINGTO, DC. El gobierno de Donald Trump aumentó ayer la presión sobre Corea del Norte, en la víspera de la Asamblea General de la ONU, donde Estados Unidos pedirá sanciones internacionales contra Pyongyang, al que amenazó con destruir si continúa provocando a Washington o a sus aliados.
“El punto crucial será unir a todos los países, a todos para que hagan todo lo posible para reforzar esas sanciones, que hagan todo lo que pueden para resolver este problema sin llegar a un conflicto militar”, dijo en una entrevista en la cadena ABC ayer el general H.R. McMaster, consejero de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump.
Por “todos los países”, los estadounidenses señalan principalmente a China y a Rusia, dos aliados económicos de Pyongyang y con los que comparte fronteras.
“Todas las opciones están en la mesa”, previno al canal ABC el general, aludiendo a una fórmula diplomática para referirse a una acción militar.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, fue más tajante en una entrevista con el canal CNN.
“Todos sabemos que básicamente si Corea del Norte sigue con este insensato comportamiento, si Estados Unidos tiene que defenderse o defender a sus aliados, Corea del Norte será destruido”, dijo Haley a CNN. “Ninguno de nosotros queremos eso, ninguno desea la guerra”.
“Básicamente hemos agotado todas las cosas que podemos hacer en el Consejo de Seguridad”, dijo Haley a la cadena CNN, y añadió que estaría bastante conforme con entregar el tema al secretario de Defensa James Mattis.