PEKÍN, China. El presidente chino, Xi Jinping, instó a los comunistas chinos a combatir cualquier amenaza a la autoridad del partido, en la apertura de un congreso que volverá a consagrar en el poder al dirigente del país más poblado del mundo.
Prometiendo “una nueva era” socialista para su país, del que esbozó un panorama hasta 2050, el presidente chino no dejó entrever ninguna esperanza de liberalización del régimen.
“Cada uno de nosotros debe hacer más para defender la actualidad del partido y del sistema socialista chino y oponerse decididamente a cualquier palabra y acción para socavarlos”, recalcó el presidente chino.
El nombrado por la revista The Economist como el dirigente más poderoso del mundo inauguró el XIX Congreso del Partido Comunista chino (PCCh) enviando un mensaje triunfalista, y aseguró que el país “se erguirá entre todas las naciones del mundo” en 2050 si el régimen se mantiene y persiste en sus políticas.
Ante cerca de 2 mil 300 delegados, Xi pronunció uno de los discursos más largos que se recuerdan en el Gran Palacio del Pueblo, de tres horas y media.
Flanqueado por sus dos predecesores, Jiang Zemin y Hu Jintao, y dirigiéndose al resto del mundo, Xi afirmó que su país iba a “abrirse todavía más” y prometió un trato “igualitario” para las empresas extranjeras. También dijo estar determinado a continuar con la modernización militar para “hacer del ejército popular un ejército de primer orden” para 2050.
Se espera que el XIX Congreso renueve en el poder por cinco años a Xi como secretario general, o que incluso le permita plantearse un mandato todavía más largo.
El límite de edad de 68 años impuesto a los miembros del buró político -la instancia de 25 miembros que gobierna China- podría efectivamente desaparecer para Xi Jinping, que cumplirá 69 en el próximo congreso de 2022.
Xi Jinping “quiere putinizarse” al mantenerse indefinidamente en el poder, apuntó el sinólogo Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad bautista de Hong Kong, en referencia al presidente ruso Vladimir Putin.
Aunque no puso en tela de juicio “la economía de mercado socialista”, su gobierno estuvo marcado por un regreso de la ideología marxista y de una represión que se manifiesta en internet, contra los defensores de los derechos humanos, los disidentes o los creyentes.