Santiago, Chile.- Estudiantes chilenos llevaron acabo en el centro de Santiago una manifestación en rechazodel avance en el Congreso de un proyecto de ley que busca instaurarla gratuidad en la educación superior, el cual exigen seareformulado.
Las organizaciones estudiantiles convocaron a laprimera marcha del año cuando el Congreso chileno se aprestaba avotar la aprobación general de una esperada nueva ley deEducación Universitaria, que establece la gratuidad universal bajociertas condiciones de crecimiento económico.
El emblemático proyecto, parte de unamegarreforma impulsada por el gobierno de la socialistaMichelle Bachelet, busca ampliar la gratuidad de laeducación universitaria siempre y cuando se cumplan algunas metaseconómicas. A mayor crecimiento, se amplía el rango debeneficiarios. Además, establece la prohibición efectivade obtener ganancias en la educación.
"La reforma no es suficiente, faltagratuidad y falta que la educación pública sea de calidad. Faltademasiado y por eso hay que marchar", dijo a la AFP Rocío, unaestudiante de ciencias sociales que se sumó a la manifestacióncuando pasaba frente a la sede del gobierno chileno.
A poco del inicio de la manifestación, la policíairrumpió lanzando gases lacrimógenos en algunos tramos cuandomanifestantes lanzaban piedras y palos, amenazando el clima festivoy pacífico que se impuso en gran parte de la manifestación. Otroenfrentamientos con la policía se dieron al finalizar lamanifestación.
-Futuro incierto-
El proyecto de educación superior, que ingresó alCongreso en julio del año pasado, será votado este martes en lacomisión de Educación de la Cámara de Diputados, dando inicio aun largo e intrincado trámite parlamentario.
Los estudiantes quieren que se frene eltratamiento de esta nueva ley "porque es un proyecto peor alinicial", comentó a periodistas Patricio Medina, voceroestudiantil.
Los estudiantes acusan al gobierno de Bachelet deignorar sus opiniones y legislar, con mayoría en ambas cámaras,de espaldas a los movimientos sociales, claves en dar impulso a lareforma de un sistema educacional heredado de la dictadura deAugusto Pinochet (1973-1990).
Ese sistema facilitó la creación deuniversidades privadas y desmanteló la educación pública entodos sus niveles, al reducir drásticamente los recursosdestinados a ella.
Para adelantar los beneficios de esta nueva ley,el gobierno de Bachelet optó en 2016 por establecermediante la Ley de Presupuesto General de la Nación la gratuidaduniversitaria para decenas de miles de estudiantes chilenos, losprimeros en estudiar sin costo en décadas.
Este año repitió la fórmula, beneficiando a unos200,000 estudiantes, pero ahora debe asegurar una ley que garanticeel beneficio a lo largo del tiempo.
Pero con una elección presidencial a las puestas, elmovimiento estudiantil apretó el acelerador para lograr concretarsu exigencia de lograr en Chile unaeducación pública, gratuita y de calidad.
De cara a esos comicios, el expresidente derechistaSebastián Piñera (2010-2014), en cuyo primer mandato vivió elrenacer del movimiento estudiantil, lidera los sondeos conalrededor de 25% de las preferencias.
Al confirmar su camino a la reelección,Piñera -a quien el movimiento estudiantil leenrostra su afirmación de que la "educación es un bien demercado"- aseguró que no es partidario de instaurar lagratuidad universal, y que optaría por un sistema de becas ycréditos en caso de volver al palacio de La Moneda.
/cpg