MOSCÚ.- El exjefe del Estado mayor de Rusia, Víktor Bóndarev acusó a Estados Unidos de haber proporcionado a los terroristas los aviones no pilotados que intentaron atacar el pasado viernes la base aérea rusa Hamimim y el puerto de Tartus, ambas en la región siria de Latakia.
"Primero (...) EU invadieron un país soberano sin autorización de la ONU, alimentaron la guerra civil, armaron, financiaron e instruyeron a los grupos terroristas. Luego, tras la derrota de los principales grupos armados, rescataron a los que quedaban vivos.Y ahora, junto a sus países vasallos, suministran a los terroristas drones de alta tecnología", denunció Bóndarev a Interfax.
El también jefe del comité para la Defensa y Seguridad del Senado ruso explicó que los drones interceptados por Rusia estaban dotados de "navegación por satélite, sensores barométricos y sistemas para lanzar a distancia en un lugar determinado artefactos explosivos".
"Creo que nadie duda sobre quién está detrás de los guerrilleros. Solo un Estado tecnológicamente fuerte puede suministrar los drones que atacaron nuestras bases", afirmó Bóndarev.
Trece aviones no pilotados intentaron atacar en la madrugada del pasado viernes la base aérea Hamimim y el puerto de Tartus, reveló el Ministerio de Defensa de Rusia este lunes.
Siete de esos drones fueron destruidos por los sistemas de defensa antiaérea, mientras que el mando de otros seis fue intervenido por los militares rusos, que lograron hacer aterrizar a tres de ellos y estrellar al resto contra el suelo en una zona segura lejos de las bases.
El análisis de los tres drones intervenidos ha demostrado que los terroristas pueden lanzarlos desde una distancia de un centenar de kilómetros.
La cartera militar rusa denunció que el intento del ataque cercenado demuestra que los terroristas cuentan con tecnologías que les permiten perpetrar atentados a distancia en cualquier país del mundo.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, proclamó recientemente la "completa derrota" del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria y ordenó la retirada del grueso de las tropas rusas del país árabe.
Permanecerán en Siria las unidades militares que integran las bases de Tartus y Hamimim, el centro de reconciliación y tres batallones de policía militar encargados de garantizar la seguridad en las zonas de distensión.