NUEVA YORK, EU. La embajadora de EU ante la ONU, Nikki Haley, calificó de “guerra” la supuesta interferencia rusa en las últimas elecciones presidenciales estadounidenses.
“Cuando un país viene e interfiere en las elecciones de otro país, eso es guerra. Realmente lo es”, dijo Haley en un foro organizado en Nueva York por el instituto George W. Bush.
La diplomática, que mantiene habitualmente un tono mucho más duro con Moscú que el empleado por la Casa Blanca, recordó que esa intervención por parte de Rusia se ha visto también en otros comicios.
“No lo hemos visto solo aquí, pueden verlo en Francia, pueden verlo en otros países. Lo están haciendo en todas partes. Es su arma preferida”, dijo Haley, que defendió la necesidad de ser “duros” en este asunto y de exigir responsabilidades a Rusia.
CRECE LA DIVISIÓN: BUSH
En tanto, el expresidente George W. Bus advirtió sobre el aumento de la división y la intolerancia en Estados Unidos y denunció el uso de la “intimidación” y los “prejuicios” por parte de líderes políticos.
Sin mencionar nunca a Donald Trump, Bush hizo durante un discurso en Nueva York una dura crítica de muchos de los comportamientos y principios que defiende el actual presidente.
“La intimidación y el prejuicio en nuestra vida pública marca el tono nacional, da permiso para la crueldad y la intolerancia y pone en peligro la educación moral de los niños”, señaló Bush.
El expresidente de Estados Unidos dijo que las democracias occidentales se enfrentan a “grandes amenazas” y se mostró muy crítico con el “retorno del aislacionismo”.
“Hemos visto nacionalismo deformado en nativismo, hemos olvidado el dinamismo que la inmigración siempre ha traído a Estados Unidos”, señaló, entre otras cosas. Además, subrayó que el supremacismo blanco, en cualquiera de sus formas, es “una blasfemia contra el credo estadounidense”.
“Nuestra identidad como nación, a diferencia de muchas otras, no está determinada por la geografía o la etnia, por la tierra o la sangre”, insistió.
Bush advirtió además de la necesidad de que EU se proteja frente a Rusia y su estrategia para tratar de “explotar las divisiones” dentro del país.
El Congreso estadounidense investiga la supuesta campaña de Rusia para influir en los resultados de las elecciones de 2016 y un fiscal espacial, Robert Mueller, ha sido designado para supervisar una investigación federal sobre esas denuncias.
OBAMA, RUSIA Y EL URANIO
Y mientras Bush criticó el uso de la intimidación, el presidente Donald Trump utilizó una vez más su cuenta personal de Twitter para arremeter contra los medios de comunicación a los que acusó ayer de no hacer eco de la “mayor historia”, en referencia a un artículo publicado por un diario sobre la venta de Uranio a Rusia.
“¡El acuerdo del Uranio con Rusia, con la ayuda de (Hillary) Clinton y el conocimiento de la Administración Obama, es la mayor historia que los Medios Impostores no quieren seguir!”, espetó el mandatario a primera hora de la mañana.
Paradójicamente, Trump se refiere a un reportaje publicado por el diario The Hill en el que se informaba de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) está indagando sobre una serie de asuntos turbios que, según parece, precedieron al acuerdo de venta de uranio a Rusia por parte de EU, firmado en 2010 bajo el gobierno de Barack Obama.
Según la investigación desvelada por la publicación, el FBI sospecha que antes de la firma del acuerdo, que fue aprobado por el Congreso estadounidense en mayo de 2010, la industria nuclear rusa llevó a cabo una oleada de sobornos, extorsiones y casos de lavado de dinero.