Jerusalén.- Las reglas de la guerra en el norte de Israel han cambiado y las partes en el conflicto están tomando más riesgos, según parece indicar la peor escalada de las hostilidades en los últimos años que se produjo hoy entre Israel, Irán y Siria y que, de no encontrar un mediador, podría agravarse seriamente.
"Creo que Rusia es el único poder en Siria que está en posición de negociar nuevos acuerdos de entendimiento para reducir el riesgo de una confrontación más grande", dijo hoy a Efe el analista israelí Ófer Zalzberg, de la organización International Crisis Group.
Precisamente, este grupo publicó el jueves un informe que analizaba el deterioro de los pactos de contención que hasta ahora habían mantenido en relativa calma la zona divisoria de Israel con Líbano y Siria.
El informe partía de un diagnóstico en el que las reglas del juego, de acción-reacción, entre Israel y la milicia chií Hizbulá (cuya última guerra fue en 2006) se habían deteriorado, ya que el grupo libanés opera también en territorio sirio junto a fuerzas iraníes, lo que supone un "escenario desconocido" para Israel.
Además, las fuerzas iraníes que combaten con el presidente Bachar Al Asad en la guerra siria, han aumentado su influencia, aunque de momento se mantienen lejos del territorio controlado por Israel por el actual pacto de distensión en el suroeste de Siria, mediado por Estados Unidos, Jordania y Rusia.
Crisis Group avisó de que "hay signos de que este acuerdo no se mantendrá", sobre todo de cara a un futuro avance de Al Asad para recuperar la zona sur del país, así que se espera que el acuerdo sea "temporal" a menos que un actor como Rusia media, lo consolide y extienda.
Hoy, una sucesión de hostilidades han mostrado la fragilidad de la zona.
A primera hora del sábado, Israel interceptó un dron en su espacio aéreo que, asegura, estaba siendo controlado desde las inmediaciones de la ciudad siria de Palmira en una instalación iraní, a la que atacó una hora más tarde.
Las baterías antimisiles sirias respondieron al ataque tras lo que un avión israelí se estrelló, después de que los pilotos saltasen y uno resultase herido grave, lo que generó una operación a gran escala por parte de Israel, esta vez tanto contra objetivos iraníes como sirios en el país vecino.
El Ejército israelí justifica su respuesta por la acción directa de Irán al infiltrar el dron y por la respuesta siria que, si bien no es la primera, no había respondido con tanta contundencia ni con relativo éxito, de confirmarse que el avión fue alcanzando por Siria, hecho que Israel considera "probable" pero todavía investiga.
Siria celebró este incidente como una victoria y Hizbulá aseguró que supone el "comienzo de una nueva etapa estratégica" y "la caída del antiguo equilibrio" en la región.
Por su parte, Rusia expresó una "gran preocupación" y llamó a la contención de las partes.
"Sobre todo preocupa la amenaza de una escalada tanto dentro como en torno de las zonas de rebaja de tensión en Siria, que han sido un factor importante para la disminución de la violencia en el suelo sirio", remarcó la cancillería rusa.
El Gobierno israelí insiste en que no permitirá el establecimiento de estas fuerzas ni el desarrollo de instalaciones militares y desde hace dos meses asegura que han intentado desarrollar fábricas de armamento, situación a la que no se ha enfrentado hasta ahora.
Según el especialista en Defensa del periódico Haaretz Amos Harel, Damasco mostró hoy una mayor confianza en sí mismo, lo que fuerza a Israel a repensar su estrategia y las implicaciones tácticas ante esta nueva situación.
Los analistas coinciden en que en las últimas semanas ha aumentado el nivel de alerta en la zona norte, y aunque Israel no busca una escalada, no parecen estar claras las "reglas de la guerra" en esta nueva fase. EFE
/afa