LONDRES, Inglaterra. La Rusia de 1917 y la de 2017 tienen más en común de lo que uno podría esperar en materia económica, de acuerdo con una investigación de Renaissance Capital, un banco de inversión especializado en la región.
Justo antes de la Revolución de Octubre, asegura, alrededor de un tercio de la deuda rusa estaba en manos de extranjeros. Lo mismo que hoy día. Antes de 1917, los foráneos obtenían entre un cinco y un ocho por ciento de los dividendos arrojados por acciones de compañías de servicios públicos rusos. Igual que ahora.
La Rusia presoviética estaba detrás de las potencias mundiales en poderío industrial, pero era considerada a la par de Brasil y México. Bastante parecido a lo que pasa hoy día.
Las materias primas eran el pilar de la Rusia pre 1917, totalizando dos tercios de sus exportaciones. En 2017 se mantienen esos dos tercios.
Por supuesto, esto no quiere decir que nada haya cambiado. Por ejemplo, la era soviética logró extender la alfabetización y el economista de RenCap Charlie Robertson destaca que las áreas más exitosas actualmente en Rusia son las que en 1917 tenían un grado mayor de alfabetización.
La Unión Soviética vivió también la industrialización, aunque sin competencia comparado con Reino Unido, Estados Unidos y Japón.
Robertson calcula que Rusia podría haber tenido muchos más logros si no fuera por la revolución y los consiguientes años soviéticos que, en su opinión, frenaron el desarrollo de una economía moderna.
"Rusia estaba convergiendo con Italia, industrializándose tan rápido como Japón y adelantando a España en la primera mitad del siglo XX", escribió en la nota.
"Si se hubiera podido mantener ese progreso, y sin (...) hambrunas y repetidas invasiones de enemigos extranjeros, creemos que Rusia estaría más poblada, sería más rica y más democrática de lo que es hoy", señaló.
"Sin 1917, Rusia podría haber sufrido solo tres (o menos) desastres así, como China o Alemania, y ser considerablemente más próspera (...) hoy", agregó.