Roma, Italia.- Nuevo escándalo en los Legionarios de Cristo. El deplorable ejemplo del padre Marcial Maciel, fundador de esta Congregación creada en México en 1941, al parecer sigue cundiendo entre los miembros de esta orden religiosa, no obstante el periodo de “purificación” impuesto por el Papa Benedicto XVI, de frente al que fue considerado un escándalo sin precedentes en la historia moderna de la Iglesia católica. Maciel abusó sexualmente de seminaristas y tuvo varios hijos.
Ahora el protagonista es el reverendo español Oscar Turrión, de 49 años, rector en Roma del prestigioso Pontificio Colegio internacional “Mater Ecclesiae”, quien confesó ser padre de dos hijos.
He aquí la cronología de los hechos, según un comunicado de los Legionarios de Cristo:
El pasado 27 de marzo, Turrión informó a sus superiores que “acababa de tener una hija”, solicitando permiso “para vivir un tiempo fuera de la comunidad para reflexionar y orar”.
En base al canon 665 del código de Derecho Canónico, sus superiores se lo concedieron, pero “con la restricción de no ejercer el ministerio sacerdotal en público”.
La Congregación subrayó que “se solicitó a la Santa Sede el nombramiento de un nuevo rector del seminario, quien ya inició su mandato el mes de agosto”.
Sin embargo, apenas el pasado jueves 5 de octubre, el padre Turrión reconoció que hace algunos años había tenido otro hijo con la misma mujer, manifestando su intención “de abandonar el ministerio sacerdotal y de solicitar la dispensa de las obligaciones contraídas con su ordenación”.
En el mismo comunicado se recuerda que el cardenal Patrick O’Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, afirmó en agosto pasado que “si un sacerdote tiene un hijo, se asume la obligación moral de dejar a un lado el ministerio y satisfacer las necesidades que puedan tener la madre y el niño”.
Turrión era rector del Pontificio Colegio internacional “Maria Mater Ecclesiae”, donde en Roma se forman los nuevos Legionarios.
Había sido nombrado en 2014 por un trienio. Se trata de una residencia para seminaristas diocesanos que estudian en universidades eclesiásticas en la Ciudad Eterna. Allí residen actualmente 107 seminaristas. La mayoría de India, África y sobre todo de América Latina.
Además, Turrión era muy popular por seguir de cerca el equipo de futbol del Mater Ecclesiae, que participa con éxito en los torneos de la Clericus Cup, evento patrocinado por el Vaticano y destinado a sacerdotes y seminaristas presentes en Roma.
Comprensiblemente, como lo reconoció la misma Orden de los Legionarios, el nuevo escándalo provocará irremediablemente un “fuerte impacto negativo” no sólo entre los seminaristas, sino también entre los fieles, corriendo el riesgo de mermar considerablemente la larga y difícil obra de restauración de la Legión, sobre todo si se considera el rol de formador, y sucesivamente de rector, del padre Turrión.
Tras declarar su “profunda tristeza” por lo sucedido, la Legión reafirmó en su comunicado “el firme compromiso de “acompañar a nuestros hermanos en los momentos difíciles” y mantenerse “en el camino de renovación que seguimos recorriendo”.
En 2010, el Papa Benedicto XVI había nombrado delegado pontificio al monseñor Velasio de Paolis, fallecido el pasado 9 de septiembre, para que dirigiera y controlara el proceso de “renovación y purificación”, la creación de una nueva constitución y la elección del nuevo Superior General de los Legionarios.
Un proceso que concluyó el 20 de enero de 2014 con la elección del nuevo director general, el padre Eduardo Robles Gil, nacido en 1952 en la Ciudad de México.
El reverendo Aaron Smith, vocero de la Orden, no quiso suministrar detalles sobre el “caso Turrión”, citando la privacidad de la familia, precisando solamente que la madre era adulta cuando concibió al primer hijo.