Los primeros días de la presidencia de Donald Trump se convirtieron en una lucha por el control de los actos y políticas del magnate, y su yerno, Jared Kushner, consideró que el tema para imponer su liderazgo era amarrar la visita a Estados Unidos del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y que éste aceptara el muro fronterizo como acuerdo bilateral.
Esta es una de las revelaciones del libro "Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca Trump", escrito por Michael Wolff, que ha desatado una nueva tormenta política en la Casa Blanca.
En el libro, Wolf afirma que el yerno del presidente buscó negociar la construcción del muro fronterizo durante la visita de Peña Nieto a Washington en enero del 2017, que fue posteriormente cancelada abruptamente por el propio Peña.
Para atraer al presidente mexicano a la Casa Blanca, Kushner habría buscado al nonagenario exsecretario de Estado, Henry Kissinger, para pedir su consejo. Esta maniobra, según Wolf, tenía el fin de contrarrestar la influencia del entonces asesor estrella de Trump, Steve Bannon, en el tema de inmigración.
La negociación para llevar a Peña Nieto a EU inició durante el periodo de transición, cuando Kushner vio la oportunidad de tomar el tema del muro fronterizo como una “demostración de fuerza” impresionante del “trumpismo” que él buscaba encabezar, según se lee en Fuego y furia.
La reunión se iba a celebrar el 31 de enero de 2017 en Washington. Pero el 26 de enero, el presidente de Estados Unidos tuiteó que no habría reunión con Peña Nieto si México no aceptaba pagar el muro, además del supuesto déficit comercial de 60 mil millones de dólares con México. Ese mismo día, el presidente mexicano canceló la visita.
El desaire, según Wolff, significó tirar a la basura la capacidad política de Kushner y también fue una oportunidad desperdiciada por México para complacer al presidente estadounidense.
“Kushner fue el impulsor de la doctrina Trump. Sus casos de prueba fueron China, México, Canadá y Arabia Saudita. Ofreció a cada país la oportunidad de hacer feliz a su suegro. En los primeros días de la administración, México desperdició su oportunidad”, señala el biógrafo.
“Era claro que México no entendía o no quería jugar el nuevo juego”, dice Wolf. “El presidente mexicano rechazó entrar a la simulación de pagar por el muro, una simulación que pudiera haberle redundado en una gran ventaja, sin que él tuviera que pagar en realidad por el muro”.
Después de este episodio se hicieron públicas las conversaciones telefónicas entre Trump y Peña, donde el magnate ofrecía ayuda contra los “bad hombres” y pedía al presidente mexicano ya no mencionar que México no pagaría por el muro.