Desde hace décadas, la ciudad de Reynosa ha sido una tierra de paso, recepción, expulsión y retorno de migrantes, al grado que en los últimos días, se ha presentado un impacto con la vigencia del Título 42 que reactivó el gobierno de los Estados Unidos.
Dicha medida se centra en las deportaciones de connacionales e internacionales desde Estados Unidos, a través de las ciudades fronterizas, tomando como lugar el puerto colindante de Reynosa-Hidalgo.
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Reynosa cuenta con tres albergues que brindan hospitalidad y servicios básicos por un breve lapso de tiempo a los deportados, así también, para los que apenas van a cruzar hacia Texas.
Los albergues son: La Casa del Migrante Nuestra Señora de Guadalupe, El albergue Senda de Vida y que brinda alojamiento a cerca de mil 500 personas y Senda de Vida II, este último no ha sido concluido pero ya alberga a más de 200 familias de varias nacionalidades.
Actualmente hay 582 hondureños, 249 haitianos, 176 guatemaltecos, 127 mexicanos, 384 salvadoreños y cuatro rusos, en su mayoría están compuestos por familias.
Lo anterior contribuirá a tener una mejor comprensión del fenómeno migratorio desde la historia social en regiones fronterizas.
Unos van, otros vienen
El dirigente de la casa migratoria Senda de Vida, Héctor Silva de Luna, indicó que la cifra de migrantes en Reynosa va en aumento. Si bien la cifra puede variar, siguen llegando a esta frontera con la intención de llegar a los Estados Unidos para buscar mejores condiciones de vida.
Desde el levantamiento del campamento migrante el miércoles 4 de mayo, el cual estaba situado en la Plaza de República cerca del puente internacional Reynosa-Hidalgo, comenzaron a llegar grupos masivos de haitianos que buscan lugar para poder pernoctar.
La cifra de la población haitiana ha sido difícil de calcular pero de acuerdo con información de Héctor Silva, en la frontera podría haber más de tres mil migrantes caribeños que anteriormente han estado en Chile o Brasil.
Haitianos, centroamericanos, incluso personas del sur de México, arribaron aún más al enterarse de que los inmigrantes que están en Reynosa están siendo aceptados en Estados Unidos mediante un trámite que realizan las organizaciones no gubernamentales.
Título 42 permanece y aumenta la migración
El mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, se había pronunciado que el fin del Título 42 sería el pasado 23 de mayo de este año, sin embargo, fue aplazada esta medida, por lo que continúa activa haciendo que los extranjeros permanezcan en la frontera.
Los peticionarios de asilo esperan el fin de esta política que permite su expulsión inmediata, en el aire se siente la desesperación, la depresión y la ansiedad por querer llegar al norte del continente.
Las personas que busacan asilo vienen de países com: Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, y México. Estas personas han viajado días, semanas y hasta meses para llegar a esta frontera con la esperanza de cruzar a la unión americana.
Desesperados por obtener asilo
Durante dos años, la aplicación de la ley conocida como Título 42 ha permitido la rápida expulsión de los migrantes que tratan de cruzar la frontera por Reynosa.
Dicho mandato, con motivo de la pandemia, fue introducido por el gobierno de Donald Trump y heredado por el presidente Joe Biden, el resultado es que miles de personas se han quedado en el limbo en México.
Ahora los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la administración Biden, planearon dejar que expire el 23 de mayo, pero fue aplazado hasta tiempo indefinido.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha criticado duramente a la administración Biden por levantar el Título 42, esa fue una de las razones por las que ordenó reforzar la seguridad fronteriza intensificando las inspecciones en los cruces fronterizos comerciales para detener el tráfico humano y de drogas.
Alrededor del 30 por ciento de los migrantes capturados por la Patrulla Fronteriza en febrero ya habían intentado cruzar la frontera por lo menos una vez antes, según las autoridades federales de inmigración.
Migrantes esperan en Reynosa
“Mi sueño es ir a Estados Unidos, allá tengo familia y quiero una mejor calidad de vida”, dijo Elizabeth Ramírez, quien ya ha intentado ingresar al país del norte.
La mujer cuenta que su viaje fue una pesadilla porque al cruzar el río Bravo ya se encontraba en territorio estadounidense, pero sintió temor cuando fueron aprehendidos por la Patrulla Fronteriza. Elizabeth fue rápidamente expulsada bajo el Título 42, por la ciudad de Reynosa.
Es el sueño de muchos de los que están varados en esta ciudad fronteriza de 900 mil habitantes para poder empezar una nueva vida al norte del río Grande.
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Hombres y mujeres oyen decir que allá hay mucho trabajo. Padres y madres guardan la esperanza de asentarse y rescatar la niñez de sus hijos. Mientras tanto, esperan en Reynosa.
Nota publicada en El Sol de Tampico
